Durante mis trámites administrativos regresando a Francia, encontré una ayuda preciosa y simpática.
Desde que regresé a Francia, muchos dossiers que realizar: una carpeta para el trabajo, una carpeta para el seguro mutuo, una carpeta para la caja primaria del Seguro de Salud, etc… Y es la realidad de cada ciudadano.
Unos trámites a veces difíciles
Los trámites no son siempre fáciles de realizar: pápeles que buscar a la derecha y a la izquierda, comunicaciones telefónicas que hacer en las administraciones… Eso lleva semanas, y sobre todo mucha energía y paciencia.
Afortunadamente, tuve la suerte de encontrar en mi camino, una persona muy competente, y además muy gentil. Cada vez que la llamo por teléfono, ella me reconoce, y está siempre dispuesta para ayudarme.
Una luz en mi camino
Un día que la solicito una vez más, ella me responde muy gentilmente y me aconseja. Después, me manda los documentos necesarios para continuar mis trámites. Le contesto que la agradezco mucho por su ayuda, y sobre todo por su amabilidad.
Y para mi gran sorpresa, he aquí lo que ella me responde: “Usted es adorable. Gracias por este pequeño cumplido que calienta el corazón y que reinicializa la gana y el compromiso en un campo profesional donde el disgusto y la agresividad son de moda. Pero cuando estaré amargada y agotada por el humano me prometí de cambiar de puesto para que mi relación al prójimo quede en la benevolencia.
No tuvimos la oportunidad de encontrarnos. Le deseo lo mejor. Atentamente.”
Quedar humano y benevolente
Un bello testimonio de humanidad que me devolvió a esta frase de nuestro carisma “humanizar a la manera de Jesús”. Sí, es bien eso que esta persona trata de hacer cotidianamente en su trabajo.
No pude impedirme contestarle esto: “Gracias por su e-mail ¡tan humano! Cuando pase por su ciudad no faltaré en ir a saludarla. Atentamente.”
Unos valores humanos bien presentes
Un joven cantante Francés, Patrick Bruel, canta esto “Quiero ofrecer estas pocas rimas a todos estos hombres anónimos, todos estos héroes sin patronímicos. A todos los que se dan. Homenaje a las mujeres. Homenaje a las almas. Homenaje a los hombres. A todas estas personas que nos dejan tanta esperanza en unos gestos sencillos. Todos estos hacedores de humanidad, discretos por humildad. Y por último también a ti, tú que haces tanto y que no vemos”.
No, los valores humanos no han muerto; los podemos cruzar todavía en nuestro camino, y dar gracias por estas personas profundamente humanas y abnegadas.
Agnès Miquel, fj, Pontivy, Francia.
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