Una expansión más allá de las tierras bretonas

Los primeros llamados

En 1871, Madre María de San Carlos, Superiora General, acoge el llamado venido de Bélgica. El punto de vista desfavorable del obispo de Vannes, la impedirá enviar a hermanas en el país vecino. Este deseo de estar atenta a los llamados venidos de otras partes no se va a apagar.

En 1897, bajo el generalato de Madre Emmanuel Marie, 7 hermanas se embarcan para Natal para una experiencia de una decena de años.

Los acontecimientos
de los años 1901 – 1905

Varias leyes votadas por el Parlamento francés afectan a las Congregaciones encargadas de establecimientos escolares. Varios de ellos ya no están reconocidos, algunos están cerrados de inmediato. Es así que, en 1902, 500 hermanas, Hijas de Jesús, se ven obligadas a volver a la Casa Madre. Frente a este cierre forzado 2 soluciones se abren:

  • La clandestinidad: algunas Hermanas tomarán el traje secular y continuarán trabajando en locales improvisados.
  • La salida hacia otros países: en 1901 unas hermanas salen para Bélgica, en 1902 algunas se embarcan para Canadá, en 1903 es Inglaterra y los Estados Unidos que acogen Hijas de Jesús venidas de Bretaña.

El exilio forzado finalmente resultó ser una oportunidad para la Congregación. Los acontecimientos llevaron así a las Hijas de Jesús a echar raíces en otras tierras mucho más allá de la cuna de la fundación.

“Es una Madre afligida que viene a tocar a su puerta y solicitar humildemente su bondadosa caridad. Tocada por un golpe terrible por el cierre de setenta y siete escuelas, viene a poner a sus pies el celo de sus hijas, su entrega. Nuestra meta es modesta: las grandes obras no son nuestras. Atendemos a niños, particularmente los pequeños y humildes. Damos cuidados a los desheredados de la fortuna, a los ancianos, a los huérfanos. Monseñor, no pedimos más que desgastarnos humildemente, hacer el bien lo más posible y poco ruido. Estaríamos felices de poder gastarnos en su bella diócesis…”

Extracto, carta de Madre Maria de Sta Blandina (Superiora general) a los obispos de Canadá, septiembre 1902

Los llamados de la Iglesia

A partir de 1950, el papa Pío XII lanza varios llamados a las congregaciones para una apertura misionera más allá del continente europeo. Las diferentes superioras generales van a acoger estos llamados.

Nuevos campos se abren sucesivamente en Camerún (1953), en Honduras (1957). Cuando el viento del Espíritu levanta la Iglesia en el momento del Concilio Vaticano, la Congregación prosigue su expansión misionera: en América del Sur: Colombia en 1966, Chile en 1968; en Las Antillas: St Kitts y Nevis en 1968, Haití en 1969, Dominica en 1972; en Africa: Costa de Marfil en 1966, República Democrática del Congo en 1980, Benín en 2004, Tchad en 2007.

Si la expansión se vive más allá de las fronteras y aún más allá de los continentes, se vive también al interior de Francia. A partir de los años 50, pero sobre todo después de Vaticano II, Hijas de Jesús dejan a Bretaña para fundar a través de Francia comunidades en medio rural, urbano. Las actividades apostólicas se diversifican, la Educación y la Salud ya no son los únicos campos de compromisos.

“Renacer a lo largo de todos los días,
Partir cuando el llamado se hace urgente
¿No es esto, acaso, vivir de esperanza?”

Share This