En este mundo donde sobresale la excelencia, hay el riesgo de desatender a los niños con dificultades de aprendizaje. Hermana Monique Rohou, comunidad de Soa, Cameroun (Africa), intenta dar una ayuda escolar a algunos niños. Nos habla de su experiencia.
Maestra de profesión, siempre he prestado una atención particular a los niños más débiles. Trato de encontrar en cada uno la chispa que abre a la comprensión.
Hace ya cuatro años que ayudo a los hijos de nuestros empleados con las tareas, la lectura y una mayor comprensión de las lecciones. Son cuatro de diferentes niveles escolares. Consagro el tiempo necesario a cada uno y sobretodo subrayo cada progreso.
Es con alegría que por la tarde, les veo llegar con sonrisa y apurados para mostrarme lo realizado en clase. No hablan mucho, pero percibo la alegría en la expresión radiante de la cara y la velocidad del paso.
En cada persona, se trata de descubrir la chispa que ayude a ir más allá. Una palabra de ánimo es siempre muy importante; es mi mayor alegría.
“Como Jesús, atento a los marginados de su tiempo, dejamos que resuene en nosotras el grito de los más desfavorecidos…”
Regla de Vida 17
Admirable vocación Hna. Monique, la felicito por la paciencia de acompañar estos procesos en los niños que son los preferidos de Dios.
Gracias Mónica por tu testimonio de Hija de Jesús entregada a los más pobres, los privilegaidos de Jesús.
Hermanita desde muy lejos sienta mi abrazo solidario en su noble misión … nosotras la comunidad de Villavicencio (Colombia) acompañamos el proceso de 200 niños entre los 2 y 4 años y hemos visto los llamados tan grandes que nuestros pequeños nos siguen haciendo en un mundo tan deshumanizado…Así que adelante vale la pena todos los esfuerzos.
Fuerte abrazo a toda tu comunidad