Mis zapatos, una botella con agua y un bastón fueron mi ayuda.
El domingo 21 partimos muy temprano Melisa una joven en proceso vocacional y yo iniciamos esta caminata ecológica a las 8 de la mañana en compañía de algunos compañeros del C.E.R. (Centro de Estudios Religiosos) donde estudio, Basilianos, Marianistas, Trinitarios, diferentes carismas y un solo deseo de seguir a Cristo. Participaron otros jóvenes que buscaban algo de Dios.
Con mucha alegría y energía iniciábamos esta peregrinación con rumbo al cerro Guadalupe y el cerro de la cruz, donde están ubicados los restos de una antigua casa que habitaban ermitaños hace algunos años, como chiste nos decían que el castigo de los novicios era bajar a comprar el pan y la leche.
Exhausta a mitad del camino quería regresarme, pero ya era imposible, casI que tiro la toalla, pero lo que me daba aliento eran los bellos paisajes Bogotanos que nunca se borrarán de mi mente. Como a las cuatro de la tarde llegamos a nuestro destino final el Cerro GUADALUPE (Santuario Mariano) llena de alegría di gracia a la virgen por haberme acompañado.
Mis zapatos, una botella con agua y un bastón fueron la ayuda para poder terminar esta explosiva aventura. Mi logro poder experimentar lo difícil que es la subida, pero no hay palabras que expresen lo bello que es la llegada
NOLVIA ÁVILA
Novicia de 1er año Colombia
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