En la oportunidad del aniversario de los 600 años de la muerte de san Vicente Ferrer (5 de abril del 1419) en el marco del Jubileo diocesano, la casa-madre de las Hijas de Jesús en Kermaria, que pertenece al Decanato de Locminé-Saint Jean Brévelay, acogió las reliquias de ese santo del viernes 28 al domingo 30 de septiembre del 2018.
Desarrollo del triduo
- Viernes 28 a las 15.30: llegada del relicario desde la catedral de Vannes, bajo un sol radiante. Unos jóvenes del colegio Jean-Pierre Calloc’h participaron de esa celebración de apertura con las hermanas y un grupo de personas laicas que viven en el Decanato.
- Sábado 29 a las 15.00: oración del Rosario con la participación de los residentes de la casa de jubilados/as dependientes (EHPAD).
- Domingo 30 a las 17.30: celebración de la clausura del triduo en la capilla.
Durante esos tres días, fuera de los tiempos de las celebraciones, todas y todos pudieron libremente entrar a recogerse, a orar cerca de las reliquias y a leer los paneles expuestos en la sala.
¿Cómo las hermanas vivieron ese triduo?
Apreciaron:
- La participación de unas personas de todas las edades y sobre todo de unos jóvenes especialmente interesados y atentos el viernes;
- Un silencio impresionante cuando llegaron las reliquias. Ese silencio también se valoró durante los tiempos de oración personal;
- El Rosario, oración que fue bien preparada a partir de los misterios de la vida de Jesús: su vida escondida, su vida pública y dolorosa, su muerte y su resurrección;
- Las celebraciones bien preparadas, de mucho recogimiento; una liturgia que mostraba bien la relación entre la época de san Vicente Ferrer y la nuestra;
- Los paneles en la sala del Sagrado Corazón, que recordaban la vida de ese predicador en una época de grandes dificultades en el mundo y en la Iglesia, acompañados de explicaciones sencillas de unos gestos cristianos y de unas oraciones tradicionales.
… y se sintieron interpeladas:
- “Me llama la atención esa vida enteramente dada para la gloria de Dios y el servicio de los hermanos, especialmente los enfermos y los más frágiles.”
- “Me siento invitada a estar todavía más presente a las hermanas más descapacitadas, más necesitadas de ayuda.”
- “Esta vida enteramente dada a la evangelización me interpela. La comparé un poco a la del Padre Noury.”
- “Esta vida, en un contexto difícil, me llama a la esperanza. De nuevo estoy invitada a seguir a Jesús Camino, Verdad y Vida. Esa frase del Evangelio estuvo en el origen de mi vocación.”
- “La fe de san Vicente cuestiona la debilidad de la mía. Le ido de hacerla crecer en lo cotidiano.”
- “Ya no pudiendo irme lejos, como lo hice durante muchos años, ahora es por la oración que doy la vuelta al mundo. Intento también vivir la fraternidad en el lugar donde estoy.”
- “De nuevo estoy invitada al realismo. La persona que elige a Cristo sabe que le puede dar su confianza, incluso en un camino sembrado de obstáculos.”
- “En los pasos de san Vicente, me siento llamada a ser más artesana de paz.”
- “Me llega el texto de san Vicente sobre los siete sentimientos que debemos tener para con el prójimo, en particular una bondad llena de compasión.”
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