El coronavirus es invisible y tenaz.
Nuestro Dios es invisible y poderoso.
África cuenta con 54 países
América: 35 países Cada país
Asia: 47 países está representado
Europa: 45 países por una cruz
Oceanía: 16 países
Estas imágenes me llegaron el Martes 31 de Marzo pasado después de meditar en el (Libro de Números, 21, 4-9). ¿Una coincidencia? ¿Un azar? A ustedes la respuesta. Esta lectura me hizo reflexionar hasta invitarme fuertemente a escribir lo que sigue. Una imagen vale mil palabras.
Todos llevan su cruz
Cinco desconocidos representando cada continente, cargan su cruz acompañada de la Cruz de Cristo. Estos hombres parecen huir del Señor Coronavirus. Todos son fieles avanzando a pesar del peso más y más pesado y las fuerzas cada vez menos presentes. Sin embargo, el valor le falta a este joven que no puede más y pide que se le corte su cruz de algunas pulgadas; cosa aceptada y valor renovado. Por el momento todo está bien, es mucho menos pesado y el joven podrá así ir hasta el final.
*Dios actúa sin que yo sepa cómo* (Marc 4, 26-34)
Frente a un obstáculo
Pero veamos lo que le pasa a este joven, orgulloso de cargar con la cruz que ha tallado según sus capacidades. Esta cruz que no tiene la misma seguridad divina, provoca: sorpresa, desánimo, inquietud. Imposible cruzar con la cruz que yo escogí. ¿Qué hacer? ¿Abandonar el proyecto? ¿Volver atrás? El camino no es una ruta, ni un itinerario que seguir, sino alguien que seguir. Pues el punto de llegada y él de salida dependen únicamente de Él.
*En todo, somos grandes vencedores, gracias a Aquel que nos amó.* (Rom. 8, 37)
Lina Cyr h.j. Rimouski, Canadá
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