Las Hijas de Jesús se despiden de Notre-Dame-du-Lac

Después de 116 años de presencia activa en la comunidad parroquial de Notre-Dame-du-Lac, las Hijas de Jesús, con mucho pesar dejan ese bello rincón de país. Con ocasión del 150 aniversario de la parroquia, la gente invita a las Hijas de Jesús para rendirles un homenaje. Bibiane Mailloux y Ursule Beaulieu nos hablan de ese acontecimiento.

El primero de mayo 2019, de dictintos sectores llegan quince Hijas de Jesús para festejar con ellos. Están acogidas en la iglesia frente al altar de San José; señalen la gran devoción de las Hijas de Jesús hacia ese silencioso protector, devoción que ellas comunicaron a varias generaciones de fieles, Para dar un ambiente festivo, algunas personas están vestidas de trajes de aquella época.

 

Testimonios

Unos discursos llenos de cordialidad y de gratitud, están dedicadas a las Hijas de Jesús por todos esos años de implicaciones, de servicio y de fraternidad. Los parroquianos agradecen a todas las haermanas que han vivido en Notre-Dame-du-Lac. Subrayan los difícíles principios de la organización y el trabajo desplegado para la construcción del hospital. La gente recuerda el trabajo, en el internado, en el hospital, en la escuela Maria Inmaculada sin olvidar a las que trabajaron en el colegio de Cabano. Desde que se han jubilado, las hermanas se implicaron en la liturgia, en visitas a los enfermos del hospital y en hogares. Vivieron cerca de la gente en toda sencillez fraternal, dejando muy bellos recuerdos detrás de ellas. Se hace elogio de las hermanas Jacqueline Bujold y Michaud quienes durante su jubilación de enseñanza quedaron muy presentes y activas hasta su despedida para entrar en Rimouski hace unos pocos años.

Un homenaje especial fué dirigido a las hermanas Fernande Gagnon, L aurette Francoeur y Aline Bourgoin, las últimas en dejar Notre-Dame-du-Lac en ese mes de mayo 2019. Les estamos muy agrecidas por haber sostenido la entorcha durante tantos años.

 

Compartir fraternal

 

Compartimos una copiosa cena fraternal con algunos sacerdotes llegados para la fiesta y varias personas del equipo de preparación de fiestas parroquiales. En la tarde, vivimos un encuentro fraternal con la gente del lugar: momento de verdadero reencuentro.

Hermana Lucienne Lepage, vice-provincial de Rimouski, hace elogio de númeras hermanas quienes trabajarón en Notre-Dame-du-Lac. Agradece a la gente por su cariñosa acogida y por sus cordiales palabras para las Hijas de Jesús. Se ofrece un regalo a las hermanas: el b lasón, obra del Señor Alain Morin, representando el signo de las Hijas de Jesús, las fotos del hospital y del convento: ese regalo quedará siempre en la iglesia cerca del altar de San José. Las Hijas de Jesús son consideradas como primera congregación religiosa de Notre-Dame-du-Lac.

Durante los intercambios, somos invitadas a compartir recuerdos o testimonios.Algunas personas se expresan. Yo, Ursule Beaulieu, no he trabajado en Notre-Dame-du-Lac, pero me atrevo hablar de la estadía de mi madre en el convento de las Hijas de Jesús del 1922 al 1924. Ella estuvo en el primer grupo de alumnas quienes obtuvieron el diploma de enseñanza. Ella conoció a Madre Ste Agathe, Madre Ste Germaine y Madre Ste Hermine, jóven religiosa canadiense. ¡Cúantas veces ella nos habló de aquel tiempo en el convento!

 

Un tiempo de acción de gracias

Un rosario meditado sigue reuniendo a muchas personas para rezar a la Virgen María en este mes de mayo. Una misa de Acción de Gracias está celebrada para las Hijas de Jesús y durante aquella misa cinco rosas blancas están ofrecidas en memoria de las cincos hermanas fallecidas en un accidente en 1963. Ha sido un momento muy conmovedor.

Después de los saludos de costumbres, cada hermana regresa en su comunidad con el corazón lleno de gratitud hacia el Señor para la obra cumplida por varias Hijas de Jesús desde 1903. Un sincero agradecimiento a toda la gente para ese día.; Qué bella fiesta!

Bibiane Mailloux et Ursule Beaulieu fj, Rimouski Canada

1 Comentario

  1. Gracias Bibiane et Ursule por dejarnos ver en este reconocimiento la importancia de sembrar reino, de saber afrontar desde Dios los momentos difíciles que implica el emprender un servicio pastoral, una obra comunitaria. Gracias a cada hermana, asociada y asociado por su testimonio en estos tiempos de reorganización y de procesos que vive Canadá.

    Un abrazo a la distancia y con la cercanía de la oración, la fe, el carisma.

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