Las Hijas de Jesús que viven en ambientes populares, invitadas a reflexionar el tema: “Los migrantes nos interpelan” se encontraron en Paris y nos relatan su compartir.
Nos reunimos 12, de Villiers-sur-Marne, Yerres, Saint-Quentin, Issy-les-Moulineaux, rue d’Arras, Lorient, Vannes. La vice-provincial de Vannes era la delegada del consejo provincial de Francia-Bélgica.
En nuestros lugares de vida…
Las nacionalidades son muy variadas (vienen de Macedonia, Rusia, Siria, Georgia, Armenia, Sudán, Guinea, Afganistán, Irak, Chechenia, etc.). Nos encontramos con ellos en los inmuebles y los barrios donde vivimos y también en las instancias donde estamos comprometidas: centros sociales, casas de barrios, asociaciones. Esos sitios son lugares de acogida, de escucha, de solidaridad, de ayuda de emergencia, de acciones en común, de relaciones, en la atención a las necesidades y las ayudas necesarias.
En esos encuentros y acciones, nos enfrentamos a:
– la complejidad de sus situaciones personales (país, historia, motivos de la salida al extranjero) y de su estatuto en Francia (piden el asilo, son menores aislados, sin papeles…)
– las dificultades de su vida en un país extranjero : falta de estructuras de acogida, prohibición de trabajar e imposibilidad de ganarse la vida, idioma, complejidad administrativa para pedir un permiso de permanencia, a menudo negado, lo que genera los sin-papeles, sin-derecho, sin-techo.
Ese contexto exige de los voluntarios una fuerte inversión en tiempo. Al cansancio se añade un reconocimiento de impotencia frente a los callejones sin salida, que genera angustia. La falta de voluntarios empeora la situación, en particular para el alojamiento de los migrantes en las casas de particulares.
Sentimos la necesidad de informarnos para conocer mejor la política migratoria de Francia que evoluciona siempre y los países de origen de los migrantes. Unas formaciones se necesitan para discernir mejor sus problemas, entenderlos y acompañarles, como para dar a conocer y defender sus derechos: derecho a circular, a tener alojamiento, a cuidar su salud…
También existe el problema de los “passeurs”.
¿Qué buenas noticias para nosotras en ese caminar con los migrantes?
- Actuar con otros es una fuerza para la acción, la ayuda mutua, la solidaridad, la resistencia. En todas partes nacen las instancias comunes, las asociaciones… En el inmueble donde vive la comunidad en Saint-Quentin se instaló un refrigerador solidario donde cada uno puede tomar o poner alimentación según su necesidad o su posibilidad de compartir.
- Las acciones no se reducen a la “ayuda de emergencia”. A veces se propone un acompañamiento en actividades de esparcimiento (en Vannes, el futbol) o culturales, como la visita a los museos…
- La Casa de barrio es un lugar de relevo por las personas que se comprometen: fiestas interculturales, proyecto “Escuela y familia” de origen extranjero, proyecto “Extraños extranjeros”.
El hecho de ponerles en relación con otros valoriza la dignidad de los migrantes, sus habilidades, en el respeto de sus culturas: intercambios de igual a igual, músicas, confección de pasteles tradicionales…
Estos intercambios nos enriquecen a nosotras, cambian nuestra mirada, nos empujan a ir más allá de nuestras resistencias, de nuestras certezas, de nuestros prejuicios y nos convierten a más humanidad…
“No hay extranjero en esta tierra.” (Cimade) (2)
“¿A qué continente pertenece la golondrina?” (frase de un espectáculo en Saint-Quentin)
En Iglesia…
Esa mundialización invita a la apertura al otro, más particularmente por:
– el acompañamiento en el catecumenado de personas de origen extranjero;
– la creación en Lorient de la acogida “Betania” por medio de las organizaciones: Iglesias protestantes, Iglesia católica, Caritas, san Vicente de Paul;
– la interpelación dirigida al consejo pastoral por el CCFD en Saint-Quentin.
Los protestantes y los católicos actúan en común en las asociaciones que acompañan a los migrantes. Lo interreligiosa pasa a ser realidad: comida en común al final del Ramadán, caminata sin frontera en Vannes hacia unos lugares religiosos de la ciudad (iglesias, casas católicas de acogida, mezquitas, templos protestantes).
En congregación…
En respuesta al pedido de unas asociaciones:
– (San Egidio) acogida de unos refugiados sirios viviendo del Líbano en Vannes y Le Rheu. Unas cadenas solidarias se movilizan: trámites administrativos, aprendizaje del idioma, salud, finanzas, diversiones…
– (Sauvegarde 56) acogida y acompañamiento de migrantes menores de edad aislados en Kermaria.
Unas solidaridades entran en juego y unas relaciones se crean.
La práctica de la colaboración estimula una cultura del encuentro. Las Actas del Capítulo 2016 alimentaron nuestro encuentro en París y su preparación. Nacidas hoy del fuego de la Caridad, aquí y allá adoptamos unos colores y unos caminos nuevos. De nuestros intercambios naces constataciones interesantes:
- Muchos compromisos y ¡qué vitalidad!
- Nuestra presencia en barrios populares es todavía importante y está por reinventarse con nuestros medios de hoy.
- Donde están las “personas tocadas por la pobreza y la exclusión”, aprender de ellas, aprender con ellas.
- “Es un llamado a actuar para el respecto del derecho y de la justicia para con todos.”
El ejemplo de nuestros fundadores, nuestro carisma y nuestra Regla de Vida nos empujan hacia esos lugares que el papa Francisco llama “periferias”
Hacia las periferias…
Hacia una Iglesia sin fronteras.”
Anne-Marie, Annick, Madeleine, Suzanne fj. Province France
(1) personas que recibieron dinero por parte de los migrantes para permitir su viaje a Francia.
(2) Cimade: organización solidaria de origen protestante.
(3) CCFD: Comité Católico contra el Hambre y para el Desarrollo
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