Hermana Béatrice Naud h.j, de la Vice-provincia de Trois-Rivières (Canadá), celebra 110 años.
Celebrar 110 años de vida con toda lucidez y facilidad para comunicar, ¡qué maravilla! Sí, es nuestra querida Hermana Béatrice Naud con su sonrisa y su alegría de vivir a quien hemos festejado en este 6 de abril de 2015 en la comunidad “Nuestra Señora del Rosario” en Trois-Rivières (Canadá). 110 años deben celebrarse con alabanza y agradecimiento. Familiares, amigos y amigas la felicitaron en este día aniversario y aún en días siguientes.
Una vida entregada, una vida compartida
Además, sor Béatrice acogió a periodistas de televisión y del diario local. M. Olivier Hamelin escribió en el “Nouvelliste”, del 8 de abril 2015 algunos fragmentos de su entrevista. Con claridad, les contó su secreto de longevidad: “Mi secreto consiste en aceptar día tras día lo que me sucede de agradable, de bonito, de menos agradable, de menos bonito, pero aceptarlo con amor. El amor, eso es el secreto. En el fondo, todo se resume a eso. Nuestra vida, es una vida entregada, una vida compartida, es una vida que no nos pertenece. Pertenecemos a Dios, entonces, ¿qué mejor? Yo me abandono en las manos del Señor, es Él quien lleva la delantera.”
Sor Béatrice mira el futuro con confianza. Afirma sin vacilar: “Dios siempre se preocupó de mí, piensan Uds que Él a esta altura va a cambiar? El Señor me ha creado, es para algo. El Señor me ha cuidado y me cuida es para algo. Cuando llegue hasta Él, va ser el colmo”.
“Ah que bueno es el buen Dios”
Béatrice, esa mujer fuerte y luchadora va y viene con su “deambulador” para participar a las actividades comunitarias. La oración y la lectura ocupan sus tiempos libres. Cada día la vemos atravesar el corredor para visitar a su gran amigo Jesús y cantonear con el pajarito “Copain” que según parece, aprecia sus visitas.
Bien es cierto que la vida activa de Béatrice dejan huellas de envejecimiento, sin embargo su ardor para cantar: “Ah que bueno es el buen Dios” nos invita a alabar al Señor por estos 110 años de vida recibida y dada en la sencillez y la gratuidad.
Sor Béatrice, Felicitaciones y gracias por su testimonio elocuente de abandono en el amor.
Hna Thérèse Masson, h.j.
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