La nueva comunidad de “Madre Santa Ángela” nació en Septiembre en Kermaría, la casa-madre de las Hijas de Jesús. Una ocasión para alegrarse pero también para que las Hermanas se comprometan a ser misioneras y para respetar los valores que fueron las de nuestra primera Superiora general.
Una puesta en camino
Después de una larga reflexión, interrumpida, desgraciadamente, por el confinamiento, las responsables de las comunidades Santa Ángela y San Yves, acompañadas por la Vice-Provincial y la consultante discernieron las ventajas de una reestructuración fusionando las dos comunidades. En Agosto, con la llegada de la nueva responsable la Hermana Marie-Thérèse Le Floch y de la asistente comunitaria la Señora Brigitte Di Napoli, el proyecto se refinó.
La idea de un primer encuentro, reuniendo a las Hermanas de las dos antiguas estructuras, surgió. Había que lanzarse, precisar los papeles de cada una, dar la posibilidad a las Hermanas de reaccionar, de hacer preguntas de aclaración para entrar mejor en esta dinámica de fraternidad amplia. El 31 de Agosto a las 15h, gran concentración en la Sala del Sagrado Corazón, tiempo de presentación, compartir y oración prolongado por una merienda permitiendo a cada una de ir hacia las otras menos conocidas.
Es además uno de los deseos expresados por la nueva comunidad: “Encontrar los medios de mezclarse para mejor construir juntas la fraternidad”. ¡Qué bella perspectiva! En efecto, no hay edad para crecer en la comunión. Ese día, el gran secreto es revelado. Para la más grande alegría de las Hermanas, la comunidad llevará el nombre de “Madre Santa Ángela” un nombre que llena de alegría pero que compromete al respeto de los valores que son los de ella.
Una celebración de envío
Un tal acontecimiento se celebra. Qué más normal que dar gracias por este nuevo rostro de comunidad que nos invita también a pedir al Señor la fuerza de vivir en coherencia con el bello nombre de Perrine Samson. El 16 de Septiembre, hemos escuchado juntas la Palabra de Dios, referencia ideal para nuestra vida religiosa apostólica.
“Si es verdad que, en Cristo, se confortan los unos con los otros, si se animan con amor, si están en comunión con el Espíritu, si se tienen ternura y compasión, entonces, para que mi alegría sea completa, tengan las mismas disposiciones, el mismo amor, los mismos sentimientos; buscad la unidad.” (Filipenses 2, 1-2)
Nos hemos dejado interpelar por las cualidades espirituales de nuestra fundadora:
“Humilde, mortificada, modesta, caritativa, obediente,
Madre Santa Ángela es un modelo de regularidad.”
(Madre Marie-Agnès).
Renovadas por estas palabras, había llegado el momento de dejarnos enviar a la misión. De hecho, cada Hermana se redescubre misionera al interior de su propia comunidad. Para ciertas que aceptan asegurar una responsabilidad particular, convenía dirigirles unas palabras de agradecimiento y aliento.
Al terminar esta celebración orante, nos volvemos a encontrar alrededor de una comida festiva y alegre. ¿No es alrededor de la mesa que se entablan los verdaderos lazos de fraternidad?
Una asistente para la comunidad
“Estoy casada y madre de 4 hijos. Tengo 56 años. Antes he trabajo con una Congregación religiosa en Vannes, las Hermanas de la Caridad de San Luis, donde ejercité la profesión de ayudante de la salud y asistente en cuidados gerontológicos.
Desde el último 17 de Agosto, he integrado la Congregación de las Hijas de Jesús en Kermaría como asistente comunitaria cerca de las Hermanas de la comunidad Madre Santa Ángela. Encontré cada Hermana y conocí el conjunto del sitio.
Es un trabajo nuevo, pero también una misión. Estoy muy feliz de haber embarcado en este barco donde yo deseo dar lo mejor según mis competencias y en la alegría de hacer parte de la familia de las Hijas de Jesús. Con Marie-Thérèse Le Floch, responsable de la comunidad, estoy segura de avanzar en la confianza. Agradezco a las Hermanas Anne Thirion, Michelle Duval y Anne-Marie Le Roch por su benevolencia y su confianza.”
Hermanas de Kermaria, Francia
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