La tarde del 2 de febrero, con los cristianos de 5 parroquias de Bretaña Francia (Arradon, Ploeren, Baden, Larmor-Baden e Ile aux Moines), los religiosos y religiosas de la zona se reunieron en la iglesia de Arradon, para celebrar la fiesta de la vida consagrada. Una noche vivida en la acción de gracias y un tiempo de encuentro fraterno.
“Iniciada por el Papa Juan Pablo II en 1997, la Jornada de la Vida Consagrada se celebra cada año el 2 de febrero, día de la Presentación del Señor en el Templo. Este día es una oportunidad para que todos los consagrados celebren juntos y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en ellos”. (La Cruz 02/02/2024)
En este día de la fiesta de la luz, los fieles se reúnen en la parte trasera de la iglesia. Todos reciben una vela encendida. La procesión avanza cantando:
“Pueblo de Dios, caminad con alegría
Dios te confió para ser luz
Cristo es entregado por todos tus hermanos.
Arde con El con un fuego nuevo”.
El tiempo de acción de gracias: la Eucaristía
El Hermano Séverin Marie AFFRE, de los Hermanos de Saint-Jean, sacerdote residente en L’Ile-aux-Moines, al servicio de nuestras parroquias, celebra la Eucaristía, con otros 4 sacerdotes.
La vida consagrada en este sector está representada por los Jesuitas, una Ursulina, una Xaviere (Penboc’h), las Hijas de Jesús de Kermaría (Ploeren), las Hermanas de la Familia Misionera de Notre-Dame (Le Vincin), los Hermanos de San Juan Bautista de La Salle (Arradon).
La celebración eucarística se vive en un clima de fervor, de acción de gracias y de alegría del encuentro.
Al final de la celebración, se invita a las personas a unirse al salón parroquial para compartir una bebida amistosa.
Un tiempo de amistad para todos
Todo está previsto en esta acogedora sala para favorecer el encuentro. El servicio es atendido espontáneamente por personas felices de participar en nuestra fiesta. Es un momento para acercarse unos a otros, para conocernos. Un momento muy apreciado, porque se prolonga… Tanto es así que algunas mujeres intervinieron para liberar la sala y poder instalar las mesas de comida.
Hora de comer para “los consagrados”
Rápidamente se instalaron tres mesas redondas en la sala. Se invita a tomar asiento con el objetivo de aprovechar la oportunidad para reunirse.
La comida fue preparada por la comunidad de las Hermanas de Kermaría y la comunidad de los Hermanos de San Juan Bautista de La Salle. Un menú muy popular entre los 18 invitados. También fue:
– un tiempo de compartir entre congregaciones;
– un conocimiento de los compromisos de cada persona;
– un buen momento de relajación.
Algunos ecos de los feligreses
– “Nosotros, feligreses de Arradon, éramos numerosos y alegres, al fondo de la iglesia, con nuestras velas encendidas en este 2 de febrero de 2024. Alegres de celebrar a Cristo, luz de las naciones ciertamente, pero también, felices de rodear de nuestro afecto fraterno a quienes han respondido a la llamada del Señor dedicándole su vida. En nuestro decanato tenemos la gracia de tener cuatro comunidades que anuncian al Salvador del mundo, cada una según su carisma. El aperitivo que siguió a la misa consolidó, una vez más, nuestros vínculos, conociéndonos mejor e intercambiando las últimas novedades. Realmente tenemos el sentimiento de pertenecer a una misma familia, conscientes de que debemos seguir construyendo la Iglesia, en la diversidad de nuestras espiritualidades y en el amor a la misión evangelizadora. Gracias por lo que son para nosotros, queridos consagrados. Les necesitamos. Tengan la seguridad de nuestra oración. Bien sinceramente”.
– “En este 2 de febrero asistí a la misa que reunió a los consagrados de nuestra comunidad de parroquias, luego compartí una copa de la amistad, servida en el salón parroquial de Arradon. Este era el primer año que experimentaba este tiempo festivo en el que los miembros de estas diferentes Congregaciones y familias estaban felices de reencontrarse. Cinco sacerdotes concelebraron la misa, rodeados de personas consagradas: religiosas, hermanos, diáconos. Dos palabras expresan lo que me llamó la atención: diversidad y unidad. Diversidad de espiritualidades, de vocaciones: Hermanas de Kermaría, Familia Misionera de Notre Dame, Xavieres, Ursulinas, Hermanos de San Juan Bautista de la Salle, Padres Jesuitas de Penboc’h, de San Juan, Sacerdote diocesano, Diáconos permanentes… Y unidad en Cristo, en este día de reunión. ¡Qué riqueza y qué signo de esperanza!”
– “Este viernes 2 de febrero, Jornada Mundial de la Vida Consagrada, nos reunimos en la iglesia Saint Pierre de Arradon, a primera hora de la tarde, para una misa de acción de gracias al Señor, celebrada por quienes han hecho el don radical de su vida, confiando en su Alianza irrevocable.
La misa, celebrada por 5 sacerdotes, fue orante, recogida ante esta gran y tan “singular vocación”. Había muchas religiosas en nuestra comunidad de parroquias: Hermanas “Hijas de Jesús” de Kermaría, Hermanas de la Familia Misionera de Notre-Dame du Vincin, Hermanas Xaviere, Ursulina, de Penboc’h. Con nosotros también, los Hermanos de San Juan Bautista de La Salle y los Padres Jesuitas de Penboc’h, 2 Diáconos y sus esposas.
Al final de la misa, se invita a la asamblea a pasar a la sala San José, de la Recepción Parroquial. Un tiempo de encuentro, con bebidas, pasteles, para marcar la celebración, compartir nuestra alegría, descubriendo más sobre las Congregaciones femeninas representadas, para rodear a estas “Hermanas” en el verdadero sentido del término. ¡Que sean benditas y que nuestra alegría permanezca!”
– “Como Asociada de las Hijas de Jesús, me sentí muy feliz de participar en esta celebración y de dirigirla, por vez primera, en la iglesia de Arradon. Me sentí bien acogida allí. Aprecié cómo se desarrolló: clima de oración, silencio, cantos con palabras sencillas que favorecían la buena participación de la asamblea. Otra asociada lo confirma haciendo hincapié en “asamblea de oración”.
Releyendo lo vivido, nosotras, Hijas de Jesús en Ploeren, damos gracias al Señor por esta fiesta del 2 de febrero. Para los participantes de nuestras diferentes parroquias, fue una oportunidad de vivir un buen momento de encuentro.
Comunidad de las Hijas de Jesús
Ploeren, Francia
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