Las 18 hijas de Jesús en Finistère, Francia y su Consejera provincial se encuentran en Plonéour para el 75 aniversario de la vida religiosa de la Hna Yvonne Le Bec y los 60 años de la Hna María Andro.
Reunirnos es ya una felicidad volver a encontrarse, estar juntas, entonces, marcar los jubileos, es aún más regocijos.
Comenzó con un tiempo de oración en el oratorio de la comunidad de Plonéour, decorada artísticamente con ramos de alstroemerias y hortensias del jardín.

Un tiempo de convivencia
Un aperitivo casero permitió después un primer intercambio para completar las salutaciones.
Así que ya felices, nos fuimos al restaurante, en un pueblo a pocos kilómetros de distancia. Sin duda, hemos hecho una entrada notable en este restaurante de trabajadores y turistas de paseo. Después haber sido identificadas, nos sentimos “reconocidas” como unas monjas y, habiendo tomado lugar en nuestra larga mesa, nos sentimos cómodas compartiendo esta comida en medio de todas estas personas que vinieron a comer como nosotras.

A la salida, un grupo nos ha felicitado por nuestra aparente valentía a pesar de la edad que vemos. ¿Nuestra presencia en este lugar público no sería una forma, entre otras, de vivir la proximidad a la cual somos llamadas en la vida de todos los días?
Revenues à la communauté, nous « trinquons », au champagne comme il se doit, à la santé de nos deux jubilaires. Et nous leur remettons cartes et petits cadeaux en souvenir de ce jour, leur souhaitant de vivre sereinement les années à venir.

Un hermoso encuentro
La presencia de nuestra Consejera Monique Evano nos llevó como todo normalmente a compartir lo que hace “las noticias” de la Congregación y a iluminarnos sobre temas que nos preocupan, como el de nuestro futuro cercano. Sobre este tema, estuvimos contentas, recientemente, de poder intercambiar con nuestra Provincial y nuestra Consejera iluminándolas sobre la situación de nuestros tres grupos comunitarios.
Apreciamos cada vez más, en nuestro sector, estos momentos de encuentro, que nos hacen vivir una real solidaridad en nuestro envejecimiento y fortalecen nuestro vínculo en la Congregación.
Hna Marie Rose Lorcy, hj,
Quimper, Francia
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