Un bello proyecto se ha llevado a cabo a partir del encuentro de un viejo viacrucis abandonado en el fondo de la iglesia Sainte Thérèse de Quimper. Se trataba de restaurar el viejo viacrucis en forma nueva
“camino de la Cruz,
camino de vida”.
Verdadero Desafío
Durante tres meses, esas pequeñas fraternidades de tres à ocho personas han trabajado a partir de una estación del viacrucis orientadas por los artistas. Todos dieron rueda suelta a sus talentos.
Sin saber decir porqué una jóven limitada escogió la novena estación “Jesús cae por tercera vez” poco a poco realiza que ella también cae con frecuencia y es en la oración que logra levantarse otra vez.
Un joven carpintero del Caillou Blanc explica porque ha escogido la quinta estación.
“representa a mi comunidad quien ayuda”.
“Realicé una pintura en un marco de roble. Hasta mi jefe me regaló un día libre para poder terminar todo a tiempo para la inauguración”
Por su lado, Alma, no creyente, insiste en subrayar la dimensión intergeneracional y el espíritu de fraternidad que han marcado todo ese tiempo de creación. La felicidad de todo su equipo, de una deficiente mental que se alegra porque como lo dice ella misma “por primera vez he logrado terminar la tarea completamente”
Nuestra comunidad participó también en ese proyecto realizando una estación de viacrucis, Celine y Madeleine escogieron la segunda estación y Anne-Marie la novena. Llevar ese proyecto a cabo resultó ser una verdadera experiencia de escucha, de compartir, y de realización personal de todos los participantes.
Gracias al arte, la realización de ese proyecto resultó ser una convivencia de todos animados por los mismos artistas, una experiencia de vida llena de alegria y de fe.
A nosotras, nos gustó mucho el encuentro con otras confesiones y realizar con ellas una celebración, una filmina. ¿Sería eso la UNIDAD en vía de realización?
VIACRUCIS, CAMINO DE VIDA…
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