En esta tarde de Navidad de 2023, la Comunidad Cristiana se reúne en la Iglesia de Fumel, Francia, para celebrar la Natividad de una manera nueva.
La decoración
Al entrar en la iglesia, quedamos asombrados por el centelleo de las estrellas.
Una gran estrella (2 m por 2 m) desciende de la bóveda para posicionarse sobre el belén, como la de los Reyes Magos que nos invitaron a movernos también.
El coro y los pilares también están decorados con 1.000 estrellas realizadas por voluntarios.
El cuento de Navidad
Es con el ángel Gabriel y un niño, buscando la luz, que poco a poco entramos, con este cuento, en la celebración.
El niño quiere quedarse con la llama y ésta se apaga.
El ángel le dijo:
– “Una llama siempre termina desapareciendo, está en ella. La única manera de conservarla es compartiéndola, y añade:
– “¡ Tú lloras la llama que perdiste, pero nunca te preguntaste cómo pudo ella haber nacido!”
– “Si tú aceptas que yo puedo guiarte un poco al país de la primerísima llama, te llevaré.”
Y ahora la llama aparece de repente en la palma de la mano del niño.
El ángel continúa:
– “Ella te guiará hasta Belén, la tierra de la primera llama, la fuente de todas las luces que brillan en nuestra tierra.»
– “Belén está aún lejos… mi llama aún corre el riesgo de apagarse”, responde el niño.
Gabriel continúa: “No nada te pasará si, en el camino, tú no te olvidas de compartirla con todos los que se presentarán a ti”.
Y el niño transmitió la llama.
Entrada a la celebración
Luego, la asamblea se iluminó gradualmente gracias al intercambio de luz. Esta vez es la multitud la que brilla de alegría acogiendo al Niño con este canto:
“Levantemos la vista, aquí está la verdadera luz;
Aquí está Cristo que nos da la paz.
Abramos nuestro corazón a su misericordia,
¡Nuestro Salvador está entre nosotros!
Hna. Michèle Esquieu, h j
Libos-Monsempron, Francia
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