El domingo 12 de septiembre tuvo lugar en Santa Ana de Auray en Bretaña, Francia, la peregrinación de los motociclistas. Ese mismo día, el Padre Gwénael, el Rector de la Basílica de Santa Ana, acogió nuevos capellanes, y las nuevas religiosas Hijas de Jesús comprometidas en este lugar de peregrinación.

 

 

A partir de las 10 a.m, las motocicletas llegan una por una en el patio de la basílica, todas muy hermosas y brillantes.

El Rector nos invita cerca de la fuente donde Santa Ana apareció la primera vez a un campesino Yvon Nicolazic en 1623.

 

 

 

En procesión

Luego nos dirigimos en procesión hacia la Basílica: Banderas de Santa Ana, motociclistas con su casco que se depositarán ante el altar, los peregrinos y los feligreses.

Será un diácono motociclista que proclamará el evangelio con fervor. En su homilía, el Rector nos interpela. “Para usted, ¿quién soy yo?” (Marc 8). “Para ti, ¿Quién soy yo? Si están aquí, es que son cristianos y que creen».

 

Una acogida

Antes del ofertorio, el Padre Gwénael invita a las monjas a venir al atrio y presenta a cada una. “Gracias a su Provincial con su Consejo que ha respondido a mi llamada al aceptar fortalecer la comunidad. Bienvenida a la Hermana. María Andrea Le Mouel, nueva a la comunidad, y a la Hermana Simona Roselier y la Hermana Agnes Miquel, que será parte de tiempo en el santuario.”

Pide después a los dos nuevos capellanes, el Padre Bruno llegado de Burkina Faso, y el Padre Thierry, que estará a cargo de la pastoral juvenil. “Gracias por aceptar fortalecer el equipo. Reciben la cruz de los capellanes“.

 

Bendición de las motocicletas

 

Al final de la celebración eucarística, estamos invitados a ir al patio donde el Rector, ayudado por los Padres Bruno y Thierry, bendecirá a cada motociclista y su motocicleta. Momento emocionante, tanto por el recogimiento, la sonrisa y a veces unas lágrimas.

 

 

 

 

Hna Agnès Miquel, hj, Pontivy, Francia