Las Hijas de Jesús, en Soa, a 14 km en el Norte-Este de Yaoundé, Camerún, tuvieron una doble razón para celebrar este año: dar gracias por los 10 años de fundación del Hogar Nuestra Señora de África y agradecer a la Hermana Ruthina Francis, Directora, llamada para otra misión.
El Hogar Nuestra Señora de África de Soa celebró un doble acontecimiento el 6 de Septiembre 2020: los diez años de fundación del hogar y la partida de la directora Hermana Ruthina Francis. Todo esto se desarrolló alrededor de una misa de acción de gracias, seguida de testimonios de antiguos y nuevos estudiantes y de una buena comida festiva. ¡Fue una fiesta excepcional!
Un hogar no como los demás
Este hogar a tocado la vida de más de 500 jóvenes desde que empezó. Pone el acento en el “vivir juntos” de los jóvenes:
- de varias nacionalidades: del Camerún, del Congo, de Centroáfrica, del Gabón, de la Guinea, del Chad, de Francia.
- de diferentes religiones: musulmana, protestante, católica.
- de una riqueza cultural y lingüística.
Se encuentran estudiantes de idioma inglés, francés, árabe y de varios dialectos. Todos viven bajo el mismo techo y todos cocinan en la misma cocina como hermanos y hermanas de una misma familia. Es ese rostro de familia que refleja el Hogar Nuestra Señora de África contrariamente a otras mini-ciudades de los alrededores.
Sin embargo, esta diversidad cultural que caracteriza al hogar no se adquiere sin que surjan conflictos de diferencia cultural, identitaria, étnica, tribal. Son elementos sensibles que rompían a veces la fraternidad de ese “vivir juntos”. De ahí la pesada carga de la responsable del hogar de Nuestra Señora de África: ella juega el papel de una madre que no busca más que la felicidad de sus hijos.
Un hogar donde se vive la fraternidad
Frente a esta pluralidad y multiculturalidad, la “madre” del hogar buscaba, con su creatividad, encontrar y desarrollar espacios de compartir, de encuentro personal con cada miembro, de comprensión mutua, de reconciliación y de aceptación de la diferencia, para que todos los estudiantes del hogar se sientan libres e iguales sin distinción.
Es una búsqueda permanente para construir la fraternidad en el espíritu del Evangelio. Esto, a través de la escucha, la afección materna, el diálogo, la proximidad cerca de los jóvenes, tomando en cuenta cada uno y cada una, tal como es; y no por la violencia y la rigidez del corazón.
Esta búsqueda implica también que la responsable del Hogar se involucre para conocer las diferentes culturas del continente Africano para comprender mejor estos jóvenes. Ayudar a los jóvenes, sostenerlos en sus penas, sus dolores y celebrar los momentos de alegría con ellos para un mejor “vivir juntos”. Para mí, fue une manera de vivir el carisma de las Hijas de Jesús “honrar la Santa Humanidad del Hijo de Dios” (Regla de Vida No 3) honrando la de estos jóvenes para hacer de ellos, hombres y mujeres responsables del mañana.
Algunos testimonios
“El Hogar quería nuestro bien, y se preocupaba siempre del futuro de los jóvenes. Somos y llegamos a ser residentes responsables.” (Maxime, antiguo residente)
“Promotor del vivir juntos, del desarrollo, de la multiculturalidad. El amor nos reunió en el hogar a pesar de nuestra diferencia, el hogar me estructuró”. (Allan, residente actual).
“El hogar se parece con una casa familiar. Mis hijos encontraron su casa y una gran familia en el hogar”. (Doña Céline, madre de dos residentes en el hogar.)
“Estamos invitadas… a reconocer
y celebrar a Jesucristo,
que vive hoy en medio de nosotros.”
(Regla de Vida no 18)
Sr Ruthina Francis hj
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