Hombre de Dios, considerado la voz de los más pobres, de las minorías victimas del poder opresor. EL pueblo lo canonizó y por eso hoy es para muchos San Romero de América.
En Palermo sur de Bogotá nos reunimos cerca de 60 personas, entre ellas muchos integrantes de “casitas bíblicas” (personas que se reúnen para leer la biblia en relación a su vida y su entorno) para conmemorar los 34 años del asesinato de Monseñor Romero en el Salvador.
En esta celebración encontré símbolos cargados de color, vida, sencillez, significado. Por ejemplo:
El almuerzo preparado únicamente por los hombres de este grupo. (Rol que en nuestra sociedad machista es sólo de la mujer). Encontré personas muy comprometidas con la causa de Jesús. Desde sus distintos roles en la iglesia promueven las comunidades eclesiales de base. (CBS), son líderes comunales, amas de casa, sencillamente hombres y mujeres de fe que han entendido que la “Palabra de Dios es viva y eficaz”, (Hb. 4, 12) que puede transformar sus vidas en un camino de realización y de humanización
Es en este espíritu de las “casitas bíblicas” que se entiende que año tras año se celebre el aniversario de Monseñor Romero, es una memoria a la defensa de los sin voz, es estar de lado de aquellos que hoy día la sociedad de consumo y de intereses partidistas silencian y acaban.
Monseñor Romero un mes antes de su muerte dijo “si me matan resucitaré en mi pueblo”; y es la experiencia que se siente tanto en el Salvador como en muchas partes del mundo.
El espíritu radical de este santo no se murió con él, sino que sigue vivo en las personas que viven promoviendo la justicia, la verdad y dignidad de toda persona.
En esta celebración también se reflexionó haciendo un paralelo entre el primer año de servicio del papa Francisco, lo cual llamaron “una primavera eclesial y el profetismo de Monseñor Romero”.
Entre las hermanas que fuimos quedamos muy conmovidas por la riqueza de este compartir, por la variedad de opiniones que nos ayudaron a tener una mirada crítica frente a lo que nos sucede en este momento de la historia y así tomar una actitud frente a la vida, descubrir que Dios nos sale al encuentro en el corazón mismo de nuestra historia personal y colectiva (Regla de vida # 7) y que podemos ayudar a que otros y otras también lo descubran y lo sigan.
El profetismo de Monseñor Romero, sus opciones radicales y el actual servicio que presta el papa Francisco ¿nos dice algo para nuestro seguimiento y opciones como Hijas de Jesús?
Hna. Viviana Carolina Forero Angulo HJ
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