La Hna Jeanine de Rimouski, Canadá, reflexiona sobre el reto de “quedarse en casa” durante la pandemia. Un desafío que se complicó aún más cuando su comunidad se mudó urgentemente.
Hoy en día vivimos un tiempo de gran oscuridad con la Covid-19. “Quédense en casa” es obligatorio para protegerse y salvar la vida de personas queridas y a todas las que nos rodean. Ese tiempo de aislamiento, propicio para la reflexión, me invita a compartir como vivo el acontecimiento.
Aquí en la comunidad, vivimos una situación particular por la puesta en venta de nuestra casa lo que supone próximamente una mudanza. Pero Dama Naturaleza, con su lluvia abundante penetra por el techo , ocasiona daños a la casa lo que necesita trabajo de obreros especializados. Pronto ellos tienen que interrumpir el trabajo por las exigencias del Estado a causa de la Covid-19. Dejamos la casa pero gracias a Dios y a nuestras responsables Hijas de Jesús de Rimouski, tenemos un nuevo techo para albergarnos, una casa caliente y acogedora para continuar nuestra vida comunitaria.
Reflexión
Además de las actividades comunitarias podemos dedicar más tiempo para la reflexión, dar gracias a Dios por la suerte que tenemos, pedirle protección para los que viven el drama de la Covid-19. Pienso en particular en los adultos mayores viviendo difícilmente este tiempo de separación de sus hijos y nietos.
Además, nuestro organismo de salud no ofrece los cuidados necesarios en los centros de alojamiento para personas de edad en pérdida de autonomia que la sociedad tiene que ofrecerles. ¡Qué desamparo para todas las familias de esas personas!
Nuestro mundo tendrá que cambiar, responsabilizarse, promulgar leyes que respetan el derecho de cada persona para una vida digna y feliz.
Andar con confianza
Ese tiempo de retiro nos hace ver a través las informaciones, como es difícil obedecer a unas leyes que impiden nuestra libertad de acción. Para mí es tomar conciencia que a través de todo lo que nos sucede, tengo que andar con confianza en el Amor de Dios. Él nos guie. Yo medito en Jeremías 31,3: ” Con amor eterno te amé, por eso prolongaré mi lealtad”. Esa confianza la deseo para todo el mundo.
Hna Jeanine D’Amours hj
Rimouski, Canada
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