Con motivo del año de la Vida Consagrada, Su Excelencia, Monseñor Valéry Vienneau, arzobispo de Moncton y un equipo organizaron, el 28 de octubre pasado, una celebración muy significativa.

Todos los religiosos y religiosas fueron invitados a una tarde de reflexión. Con energía y simplicidad, Monseñor Valéry nos hizo reflexionar, una vez más, sobre la carta del Papa Françisco: “Regocíjense”. En primer lugar, situó la vida religiosa en el conjunto de las vocaciones. Luego comentó los tres puntos:

 Hacer memoria del pasado con gratitud
 Vivir el presente con pasión
 Abarcar el futuro con esperanza

Monseñor señaló que nosotras, las Hijas de Jesús, dejamos nuestra Casa Provincial y vivimos en una nueva implantación, una nueva manera de hacer Iglesia. Vivir en comunidad mixta: religiosos, religiosas y laicos, es un gesto profético! ! Los Padres y Hermanos de la Congregación Ste Cruz hicieron lo mismo.

Es cierto que en Riverview, nosotras, 40 Hijas de Jesús entre unos 200 laicos y laicas, debemos adaptar y renovarnos a nivel comunitaria: oración, compartir, múltiples servicios, varias actividades, etc Tenemos más tiempo para el silencio y la oración porque las responsabilidades de administración y mantenimiento, de cocina, etc. pertenecen a la Institución. A nivel apostólico, estamos continuamente en ocasión de escuchar, aliviar con una buena palabra, un pequeño servicio, una sonrisa, etc. Nos dejamos desafiar por el laicos que tienen experiencias de vida diferentes pero complementarias de las nuestras.

Monseñor recordó nuestra misión de denunciar sobre todo por nuestra vida, todo lo que no es esencial y promover los verdaderos valores cristianos. Él incluso habló de un 4e voto para hoy: la ALEGRÍA, porque el pueblo lo necesita.

A continuación tuvimos un vino de honor seguido de una deliciosa comida servida por laicos. Éramos alrededor de 150. En la noche, a las 19h, tuvimos la misa solemne en una catedral llena: sacerdotes, religiosos, religiosas así como numerosos fieles de la diócesis…
El canto del con la muchedumbre fue muy festivo.

Lo que llamó la atención fueron dos pósteres :
Él del Año de la Vida consagrada:
Evangelio, profecía, esperanza.
El otro, un gran libro abierto… De un lado se escribieron los nombres de las 11 comunidades religiosas de la diócesis y al otro lado, los nombres de las 19 comunidades que han trabajo en la diócesis pero que tuvieron que irse….

Fue un día de aprecio de la vida religiosa, de agradecimiento y también de encuentros fraternales y al mismo tiempo de renovación para nosotros todos.

Hermana Céline Poirier, h.j