La Hermana Viviana nos cuenta su gratitud por la oportunidad del retiro espiritual vivido en Colombia, Sasaima “Casa Villa Antonia Paris” del 7 al 14 de enero 2019. Se percibió en el grupo de catorce hermanas un deseo de reavivar el don de Dios que hay en cada una y en la Congregación.
Hemos sido convocadas
Llegamos de diferentes ciudades con nuestra vida, nuestros deseos de vivir estos días con el Señor de una manera especial y con todo aquello que nos mueve en el interior.
La jornada se vivió desde el inicio con un cálido encuentro entre las Hermanas, paseando por el lugar y reconociendo la belleza del lugar. Después de hablar de nuestras cuitas, hemos entrado en un tiempo de silencio, oración y eucaristía.
Orando la vida
La Hermana Thérèse Norman nos introduce cada día en la oración a partir de algunos aspectos del carisma Hijas de Jesús:
- para el mundo de hoy
- reavivando el don de Dios que está tí
- más compasiva que nunca
- en la libertad, la verdad y la sororidad
- cuidando y honrando la santa Humanidad del Hijo de Dios
- naciendo del fuego de la caridad
- apasionada por cumplir la voluntad de Dios
- siguiendo a un Jesús pobre y humilde.
La meditación de estos aspectos a la luz de la Palabra de Dios, las Actas del Capítulo 2016: “Nacer hoy del fuego de la caridad” y nuestra Regla de Vida nos ayudan a conectar con la profundidad de nuestra vida y el deseo de Dios para la congregación.
Esta experiencia de encuentro profundo con nuestra vocación de Hija de Jesús para el mundo de hoy, nos permitió también valorar la historia congregacional, las vidas santas que nos preceden y la significatividad para el mundo de hoy y del mañana.
Memoria agradecida
Después de cada jornada de silencio expresábamos en oración comunitaria la gratitud que nos brota por el inmenso amor y cuidados de Dios, por su mirada sobre nosotras, sobre nuestra historia y las búsquedas de más fidelidad para
seguir anunciando la Buena Noticia.
Reconociendo la gran misericordia de Dios, tuvimos un tiempo valioso para la reconciliación con nosotras mismas, con el entorno, con nuestras hermanas, hermanos y con Dios.
Al final del retiro dimos gracias a Dios por la Hermana Thérese Norman, que antes de regresar a su país de origen, Canadá, quiso generosamente y con sencillez rde Honduras para compartirnos este retiro preparado por ella.
En nosotras resuena con fuerza viva, esa invitación de nuestra Madre Marie de Saint Charles:
- A vivir el espíritu de Nazaret
- A ser más compasivas y comprensivas que nunca.
- A vivir la unidad
- y la apertura como fuerza que nos impulsa a salir y ser testimonio de Dios vivo para el mundo de hoy y de mañana.
Hna Viviana Carolina Forero A Hj
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