Hna Mary Clare Mason, Hija de Jesús de Inglaterra, juega su papel en la misión de la Catedral de Canterbury de “mostrar a Jesús”. Descubran la historia de este lugar de culto simbólico, mientras ella describe su papel de acogedora.
Después de mi llegada Westgate-on-Sea, la misión de capellán de cárcel que había tenido en mi inserción anterior en Peterborough me hacía falta. Queriendo responder en cierta manera a las Actas del Capítulo general de 2016, he decidido llegar a ser “acogedora” en la Catedral de Canterbury, muy cerca de la comunidad.
Con mucho más de 100 000 visitantes al año, unos equipos de voluntarios están presentes en la Catedral para acoger a los que se aventuran en el edificio y que vienen de todos los rincones del Reino Unido y de otras partes. Centro de la comunión mundial de la Iglesia anglicana, la Catedral declara que su misión es de “mostrar a Jesús”.
Los voluntarios deben seguir una formación en un período de 14 semanas en el transcurso de la cual aprenden la historia de la Catedral como también la manera de enfrentar los imprevistos. Todo termina ¡con un examen escrito! Imagínense mi sorpresa al descubrir en el grupo a una sobrina de la Hermana Mary Bovington (Hna St James) que había sido directora de St Bernard, la escuela de las Hijas de Jesús, donde fui alumna en High Wycombe.
Una historia agitada
La larga historia del edificio remonta a 1400 años atrás, cuando San Agustín desembarcó en el Kent en 597 para empezar su misión de convertir unos “Anglos” al cristianismo. Una primera catedral fue construida en Canterbury en esa época, pero el majestuoso edificio que se levanta hoy data de entre 1070 y 1077.
Las tensiones entre la Iglesia y el Estado en la Edad Media condujeron al asesinato del arzobispo Thomas Becket en la Catedral en 1170. Becket fue canonizado poco después y la Catedral ha llegado a ser rápidamente un centro de peregrinación, con numerosos milagros atribuidos al nuevo santo. Más tarde, el santuario ha sido víctima del conflicto entre el rey Enrique VIII y Roma, que provocó la destrucción de numerosas iglesias y monasterios. La memoria de Becket es sin embargo siempre viva. Una vela arde en permanencia en el lugar donde se encontraba el santuario de origen y ciertos milagros que se le reconocen son visibles en los vitrales de la Catedral.
Relatos de peregrinos
En la Edad Media, el poeta Geoffroy Chaucer escribió los Cuentos de Canterbury. En este cuento popular, una trentena de peregrinos viajan desde Londres a Canterbury y se enfrentan en un concurso de cuentos en el transcurso del viaje. Son resultados de una muestra representativa de la vida inglesa de la época y las historias que cuentan reflejan las preocupaciones suscitadas por los trastornos sociales de la Inglaterra medieval tardía. Estoy segura que esta misma muestra de la vida inglesa de la época se encuentra en los que visitan Canterbury hoy, y que las historias de Chaucer encontrarían su equivalente en el mundo de hoy.
Ciertos peregrinos que llegan hoy a la Catedral están en camino hacia Roma o Santiago de Compostela, otros vienen sencillamente para maravillarse de la belleza del edificio. Encontré recientemente a cuatro hermanos Dominicanos que celebraban el 800 aniversario de la llegada del Orden al Reino Unido. Estos peregrinos del siglo XXI habían decidido reconstituir el camino de Agustín desde Ramsgate e iban hacia Oxford.
Mostrar a Jesús a la gente
Cuando las iglesias fueron autorizadas a abrirse de nuevo para la oración durante la pandemia, me presenté como voluntaria para vigilar la oficina situada en la puerta principal de la Catedral, donde la gente estaba autorizada a entrar en una parte de la nave para encender una vela y orar. He visto numerosas personas llorando cuando encendían su vela y pensé que unos seres queridos suyos habían muerto a causa de la pandemia.
La cripta queda un lugar tranquilo, permitiendo un espacio para la oración privada y personal. Un tablero de oración es disponible para que la gente pueda escribir una oración que será después ubicada en el altar al día siguiente durante la eucaristía de la mañana.
Es evidente que los turistas extranjeros son siempre ausentes entre los visitantes. Eso me da, de hecho, más tiempo a dedicar para ayudar a la gente a entender la historia de este magnífico edificio, y para explorar las razones de su llegada. Me encontré hablando con personas de otras confesiones, que alabaron el hecho de que hoy día podemos visitar lugares de culto de todas las confesiones. Hablé con unas enfermeras de hospitales de Londres venidas durante su día de descanso. Encontraron que la paz de la Catedral les ayudaba a reencontrar la calma interior después de haber trabajado en “primera línea”.
Monjes, hermanos y comunidades religiosas
La sala capitular y los claustros son lugares donde encuentro la ocasión de hablar de los monjes, de los hermanos y de los órdenes religiosos. La gente pregunta bastante acerca de los monjes y los religiosos de hoy. – ¿Existen todavía?”, “¿Hay monasterios y conventos en Canterbury hoy?” Desgraciadamente no, pero hubo – las Hijas de Jesús tenían una comunidad en Canterbury y yo enseñé en una de las escuelas públicas de la ciudad. Imaginen su sorpresa cuando descubren que están hablando con una Hermana católica romana.
No me veo como un guía turístico sino más bien como alguien que se interesa por los peregrinos del siglo XXI. Utilizo los conocimientos factuales para establecer un primer contacto, pero lo profundizo después preguntando por qué vinieron o aún de dónde vienen. Oro para que pueda irradiar a Cristo por mi presencia a fin de llegar a ser una “Buena Nueva para los demás”.
Hna Mary Clare Mason hj
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