A menudo estamos felices de constatar que:
– unos lazos de amistad se crean entre adultos y jóvenes;
– esta relación dura a veces mucho tiempo después de los años escolares;
– se fortalece en los ayudados la confianza en sí mismo.
Que alegría reencontrarse con un antiguo alumno que se dio mucho trabajo durante los años de colegio y que nos dice: «¿No sabe? estoy entre los mejores de mi clase» durante su primer año en el Liceo Técnico. Ya no nos necesita.
Con las familias, los contactos usualmente son muy buenos. Buscamos animarlos. Entrar en confianza ¡es una gran opción! Para algunos, el idioma es una dificultad. No les gusta hablar durante las reuniones pero con nosotros, ya que el grupo es chico, se expresan fácilmente y animan a los niños a que nos den su confianza. Todo el mundo avanza en conjunto. Para facilitar esos intercambios, una o dos veces al año organizamos una tarde de juegos y una merienda en que las familias están invitadas. Los más grandes ayudan en la animación y los menores están felices.
Jeanne-Marie y Marie-Noël, comunidad de Monsempron-Libos
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