Después de una semana de presencia y de compartir con las hermanas capitulares, los asociados nos han dejado. En esta primera parte de un doble artículo, hemos pedido a los Asociados de las Provincias de Francia-Bélgica y África que nos cuenten su experiencia.
Nicole Kervella, Provincia Francia -Belgica
En primer lugar, Nicole Kervella, associada del grupo Châteaulin – Quimper de la Provincia de Francia-Bélgica :
Para Nicole, fotografiada aquí a la derecha de su co-asociada de Francia, Valerie, el Capítulo General fue :
¡una experiencia nueva y enriquecedora!
El Capítulo General me permitió conocer a nuevas hermanas y asociados de todo el mundo.
La celebración de la apertura fue un momento muy importante, rico en símbolos: cada uno respondió individualmente a la llamada de la Hermana Micheline para echar las redes y vino a colocar una luz en el escenario, cada uno fue también invitado a venir y traer un ladrillo para continuar la construcción del muro…
El tiempo entre los socios permitió intercambios muy fuertes, testimonios profundos de viajes de vida en una gran confianza inmediata. ¡Nuestro documento de referencia nos une a través de las fronteras!
Las tarjetas de oración (oración personal, compartir en pequeños grupos, retroalimentación a la asamblea) dieron ritmo a las reflexiones de la semana.
Disfruté de un maravilloso día de relajación que permitió establecer relaciones diferentes.
Gracias de todo corazón por esta semana que resonará en mí durante mucho tiempo por todo lo que he visto, oído, vivido y compartido… ¡Qué riqueza! Me di cuenta de la internacionalidad de la Congregación y de las realidades de las diferentes entidades. Estoy deseando ver a algunos de los participantes en la jornada de clausura.
Jean-Marc Noupieu y Joël Kouassi de la Provincia Africa
La palabra está abierta a Jean-Marc Noupieu de Camerún y a Joël Kouassi de Costa de Marfil.
Para ambos, participar en el Capítulo ha sido :
¡Una experiencia extraordinaria!
Después de una semana de presencia en el Capítulo General de las Hijas de Jesús 2022 en la Isla de White, donde el Consejo General tuvo la amabilidad de concedernos un lugar de elección, nos parece importante escribir estas pocas líneas.
¿Qué aventura? ¿Qué semana?
Es con una nota de alegría que expresamos nuestra profunda y sincera gratitud a toda la Congregación. Damos gracias a Dios por esta semana de encuentro fraterno con Dios y de renovación espiritual entre hermanas y asociados.
Fue un momento rico en símbolos muy significativos.
- La llamada hecha a cada uno de nosotros que suena como una renovación de nuestra pertenencia al nuestra pertenencia a la Congregación.
- El compromiso de “echar las redes” que nos envía a la misión.
A partir de ahora nos sentimos aún más “Hijos de Jesús”, nos sentimos en casa en la Congregación. Salimos de aquí muy satisfechos y realizados, teniendo en mente llevar la buena noticia a otros. Ahora somos multiplicadores del carisma y, por tanto, corresponsables de esta llama.
Nos sentimos comprometidos con la misión de humanizar nuestro mundo, que está marcado por la fragilidad. Mejor aún, con la gracia de Dios, vamos a expresar nuestro carisma en nuestras respectivas células familiares, nuestros lugares de trabajo, nuestros grupos, nuestra Iglesia y nuestra sociedad.
Tenemos el reto de ser el Fuego de la caridad allí donde estemos y de seguir construyendo juntos, con las Hermanas y los Asociados, un cuerpo vivo.
El Espíritu Santo sopla cuando quiere, donde quiere y como quiere, y hace arder todo según su buena voluntad. Que el fuego de la caridad arda, arda, fortaleciéndonos para nuestra misión de humanización.d’humanisation.
¡Que el Señor os bendiga! Y que el Espíritu Santo os guíe para el futuro.
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