El 11 de agosto 2019, en Basankusu, RCD, nuestras Hermanas Clarisse Ilofo y Pauline Nkoy se comprometieron para siempre en la Congregación de las Hijas de Jesús. Un acontecimiento intercongregacional porque ha sido celebrado con el compromiso definitivo de hermanas Teresianas, una Congregación nativa de la diócesis.
Alegría de comprometerse definitivamente a seguir a Cristo más de cerca en la vida religiosa
En presencia de Monseñor Joseph Mokobe, Obispo de la diócesis, representante de la Iglesia, las ocho religiosas de ambas Congregaciones pronunciaron sus votos delante sus responsables respectivas, Hermana Denise Toublant, nuestra Provincial, y la Superiora General de las Hermanas Teresianas.
Ese acontecimiento tuvo lugar en la catedral de San Pedro y Pablo, recién renovada, donde el pueblo de Dios fue testigo de la entrega total de esas jóvenes hermanas al servivio de Dios y del mundo. En los ritos de ese compromiso, las dos Congregaciones expresaron sus distintos carismas.
Era bonito y emocionante ver a esas dos Familias Religiosas, de idioma y cultura diferentes, unirse para responder a una misma llamada. Debemos recalcar que desde mucho tiempo nuestras dos congregaciones vivimos en estrecha colaboración para la construcción del Reino de Dios. Guardamos unas relaciones a pesar de no tener ahora comunidad en la diócesis.
Una experiencia de fraternidad y de acogida para nosotras Hijas de Jesús
Estuvimos muy presentes en Basankusu para acompañar y apoyar a nuestras dos Hermanas, Clarisse y Pauline. Como de costumbre, nosotras Hijas de Jesús de la Provincia África, con ocasión de los votos, en especial por los votos definitivos, organizamos en la víspera una noche alrededor de una fogata, símbolo de nuestro carisma, “el fuego de la caridad”. Con oraciones, teatros y danzas, las jóvenes profesas pusieron todo su corazón y competencias para animar esa noche en presencia de Monseñor, de los sacerdotes de la diócesis y de las Hermanas Teresianas.
En todo lo que rodeaba el don total a Dios de Clarisse y Pauline, hemos sido testigos de la presencia real y hablada del Señor a través de muchos signos:
- La comunión entre nosotras y las Teresianas y con la diversidad de países, idiomas y culturas.
- La acogida de las poblaciones, de las familias de nuestras hermanas, de las hermanas Teresianas, del Obispo y de los númerosos sacerdotes llegando del aeropuerto.
- Un compartir de nuestras experiencias apostólicas en presencia de sacerdotes y diáconos, alrededor de una comida fraternal bajo la invitación del Obispo, en la misma noche de nuestra llegada.
- La gran alegría de las familias, expresada por unos gestos, cantos, danzas y sobretodo por esa bella palabra de un papá: “Mi hija, seas Hija de Jesús hasta la muerte”.
Portador de vocaciones
Esa estancia ha sido una bella ocasión de volver a ver Bokakata para Thérèse Le Gal y Thérèse Rasson y para las más jóvenes conocer el lugar porque habían oído mucho hablar de ello. La nostalgia y la acción de gracias estaban evidentes para muchas personas.Durante muchos años ese rincón del país ha beneficiado de la presencia y dedicación de las Hijas de Jesús. El medio es portador de vocaciones y suscita esperanza. ¡Por todo eso rendimos las gracias a Dios!
¡Buen camino para nosotras Hijas de Jesús y para
Las Hermanas Teresianas de Basankusu!
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