Las hermanas de la comunidad de Cabaret, Haiti, han participado en una sesión, animada por el padre Jean Denis Saint Félix, un jesuita haitiano, cuyo tema era:
“La vida religiosa en Haití, a riesgo de una cultura en mutación”
Esa sesión empezó por un tiempo de desierto durante el cual el Padre invitó a los participantes a tomar conciencia de la belleza del silencio. Les entregó un texto de Teilhard de Chardin, sacado de “La Misa sobre el Mundo”, con algunas pistas para acompañar este tiempo de oración y entrar en la contemplación. El sugirió mirar a los hombres, las mujeres que pueblan la tierra, los y las que encontramos cada día y los que están en otra parte…Contemplar nuestra vocación asociándola a la de tantos hombres y tantas mujeres de buena voluntad, cerca de nosotros y por el mundo…Que nuestra vocación sea solidaria de los hombres y de las mujeres que se preocupan por el otro…esa vocación cuyo origen es el misterio trinitario…
Para adentrarnos plenamente en la sesión, el Padre Jean Denis propuso algunas reflexiones, por ejemplo:
Al final de su vida, la única pregunta será: ¿“Ha amado usted?”
¿Qué relación hay con el tema,”Vida religiosa …y cultura en mutación”?
Lo propio de la cultura es cambiar, mutar (transformarse), sino muere. Pero, ¿en qué tipo de mutación estamos? ¿Cómo puede la vida religiosa acompañar el proceso que va del “no ser al ser”?
El Padre invitó a los participantes, en especial, a mirar el lugar fundamental que es la familia…en esta realidad hay algo roto, destrozado: ¿Quién tiene la autoridad? Qué tipo de educación?
Luego, para entrar de manera concreta en el tema, el Padre entregó unos extractos de libros escritos por Haitianos, entre otros, Gary Victor en su libro «La sangre y el mar” y Lionel Trouillot en “El bello amor humano”. Ustedes encontrarán las referencias de estos libros en Internet escribiendo los nombres de los autores.
Esos textos describen una realidad de lucha cotidiana para sobrevivir, una vida dura para la mayoría de la gente, donde el ruido invade el espacio, y en la cual la promiscuidad es muy fuerte…No es la única realidad pero es una realidad también. Es importante aceptar mirarla de frente, no evadirla. Los participantes han sido invitados a hacerlo leyendo los textos personalmente y compartiendo sus reacciones en equipos y luego en asamblea.
Es en el corazón de nuestra identidad cultural que hemos de volver a descubrir lo que nos caracteriza como hijos e hijas de Dios, como religiosos, religiosas. En el corazón de su identidad la vida religiosa es invitada a ser como “el dedo de Juan Bautista”…
Frente a esta realidad, ¿qué podemos hacer?
Es importante conocer profundamente la realidad de vida de nuestra sociedad, de nuestro país, en distintos campos…
• A partir de este tema, ¿qué interpelaciones sentimos en cuanto a la vida religiosa en nuestros distintos países de misión?
• ¿Qué estamos llamadas a vivir en este sentido por nuestro carisma de Hijas de Jesús?
• ¿Hay unas convicciones, unos interrogantes que se relacionan con nuestra Regla de Vida, las Actas del Capítulo, nuestra búsqueda personal y comunitaria?
La vida religiosa tiene que ponerse al servicio del bien, de lo verdadero, de lo bello y de lo bueno, ser sencilla y autentica. Debe estar al servicio del Amor, volviendo continuamente a la experiencia fundadora con Jesús.
Es un programa muy lindo para vivir la Vida religiosa en nuestros países distintos, ¡con unas culturas en mutación!
¡Queda por hacer esta tarea cada día!
Hna Marie-Hélène, Hna Gertrude y Hna Anne
Gracias Hermanas por transmitirnos el fruto de este retiro vivido en comunidad.
Me siento invitada a vivir la solidaridad contemplando las mujeres y hombres que pueblan la tierra, al modo trinitario. y a partir de aquí conocer la realidad y vivir con pasión mis opciones de vida consagrada, como Hija de Jesús.
¡Sigamos orando unas por otras!
Hna Viviana Forero