En el mes de octubre del 2016, Hna Annick Jambou en comunidad en “la rue d’Arras” participó de una exposición de “Ikebanistas” en Vincennes (94). A continuación, algunos ecos de ese acontecimiento y de la práctica de este milenario arte floral japonés.
Hace ya varios años, Hna Annick participa de La Voz de las Flores (www.la-voix-des-fleurs.fr), una asociación que ofrece unos cursos de iniciación y de perfeccionamiento al arte “Ikebana”. Esa palabra japonesa está compuesta de “IKERU” que significa hacer vivir y “BANA”, las flores. Bajo la dirección de su profesora, Nicole Dineur, Annick pasó a ser una animadora perfecta de ese arte y ya ha participado de las exposiciones anuales de esta asociación. Esta vez, ella misma presentó tres arreglos… Tornado… Renacimiento… Pasado-Presente… Estas obras nos invitaron a contemplar la belleza de las flores a las cuales Annick había dado de nuevo una nueva vida.
Al mismo tiempo, concretó las nociones de la “escuela” particular, moderna y contemporánea de Ikebana que ella practica: el Sogetsu, la asimetría, el vacío y la armonía entre el recipiente y los elementos usados nos reenviaron a la noción oriental según la que el ser humano y la naturaleza forman un todo indisociable.
Lejos de ser un simple arreglo hecho de flores y de vegetales, Ikebana -a través de las creaciones- traduce las emociones y las sensaciones del artista. Esa práctica exige que una Europea penetre en profundidad una cultura distinta de la suya. Es también un arte en el que la espiritualidad está muy presente, donde hace falta mirar y aceptar la Naturaleza tal como es. Es también otra manera de acercarce a la lucha contra las “malas hierbas” que Annick ataca asiduamente en el jardín de la comunidad en el centro de París.
Para nuestra artista, los cursos son un momento de concentración de compartir, pero también de recogimiento: son una oportunidad para estar mejor a nivel se su propia persona. Para nosotras, las hermanas que vivimos después con las obras que ella “recompone” en la comunidad, es a la vez un privilegio y una invitación a entender nuestra existencia y a cuestionarnos sobre nuestra propia relación con la Naturaleza.
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