El presidente de “L’Arbre de Vie” saluda a Louise ROSS una última vez y comparte con Ustedes estos algunos hechos de vida de esa mujer.

“L’Arbre de Vie” (El Arbol de Vida”, es un organismo que está presente en nuestra ciudad (Rimouski) desde 33 años. Ese organismo viene en ayuda a las personas afectadas por una u otra faceta de la probreza. Los recursos necesarios para cumplir plenamente esta misión, proceden siempre de la generosidad de la gente de nuesto ambiente, viviendo esos gestos de compartir, como un compromiso fraternal con personas menos privilegiadas de la vida.

Es así como “L’Arbre de Vie” aprovecha todas las ocasiones para agradecer la generosidad de la gente y rendir homenaje a sus voluntarios que dan de su tiempo, de su experiencia de vida y de sus talentos para ayudar a personas necesitadas esperando días mejores.

Durante la presentación del informe anual del año 2003 a la asemblea general de sus miembros ,“L’Arbre de Vie” saludó la contribución excepcional de Louise quien se retiraba del organismo después de haber dado lo mejor de ella misma, sin bombas ni platillos. Durante doce años, ella supo acoger, escuchar y caminar con las personas más despojadas quienes tocaban a su puerta.

Todavía hoy, “L’Arbre de Vie” se acuerda de esa mujer excepcional con bellos valores cristianos y humanos, en su vida cotidiana, como voluntaria, creandó alrededor de ella un ambiente de tolerancia, de comprensión , de respeto, de esperanza y de amistad. También , en varias ocaciones ella actuó con brillo como responsable de la organización de unas actividades cotidianas de la casa.

Con orgullo y agradecimiento “L’Arbre de Vie” saluda a Louise una última vez y comparte con Ustedes estos algunos hechos de vida de esa mujer responsable, con un juicio justo, capaz de hacerse cercana de las personas, con un buen sentido de humor y generosa de su tiempo, de su experiencia de vida y de sus talentos.

En nombre de todas las personas de cerca y de lejos de su proyecto, “L’Arbre de Vie” rinde un último homenaje a Louise para su contribución excepcional a su misión, de haberlo escogido como lugar de su acción voluntaria, de haber enrequicido este lugar de vida por su presencia y de haber consagrado lo mejor de ella al bienestar de tantas personas necesitadas durante todos esos años.

Tenemos la certitud que el Dios de Amor y de Misericordia hizo buena acogida a Louise quien lo sirvió tan bien durante su vida. La presencia de Louise en “L’Arbre de Vida” seguirá manifestándose para que este árbol contunúe de crecer y dar frutos necesarios para acoger, escuchar y ayudar siempre a las personas más debilitadas de nuestro ambiente.

Gilles Tanguay, presidente
L’Arbre de Vie de Rimouski (Québec, Canada)