Jean-Marc Noupieu, Asociado de las Hijas de Jesús en N’Gaoundéré, comparte con nosotros su vocación de Asociado y su experiencia como responsable del equipo de Asociados en el Norte de Camerún.
Señales atractivas de Dios
Desde mi respuesta afirmativa al llamado de Dios en el campo de la educación, en su Iglesia y particularmente en la Congregación de las Hijas de Jesús como Asociado, varios acontecimientos y experiencias han nutrido mi camino desde 1997 hasta hoy. Mi proximidad a las Hermanas me abrió al progresivo arraigo del carisma de la Congregación que es “Honrar la Santa Humanidad del Hijo de Dios”.
Desde 1997 en la Universidad de N´Gaoundéré en la región de Adamaoua, al norte de Camerún, conocí a las Hermanas Hijas de Jesús hasta hoy, me dejé seducir por el Fuego de la Caridad que llevaban y llevan dentro de ellas. Este Fuego me ha consumido y continúa consumiéndome a mí, así como a mi familia y a quienes me rodean.
Confieso, sin saberlo realmente, que cada día, poco a poco, paso a paso, lenta y progresivamente me comprometía a emprender el gran camino, la gran aventura con y en la Congregación de las Hijas de Jesús. Esto se concretó en el deseo de intercambiar regularmente con las Hermanas sobre múltiples temas eclesiales, familiares, religiosos, ambientales y sociales que siempre tuvieron como base la educación y la formación.
La mediación de Dios
Aquí llega este famoso día inolvidable y memorable, después de mi encuentro con la Hermana Annie Six. Descubrí lo que es el carisma a través de ella; ella realmente me tomó de la mano, me acompañó, me formó, me inició, me guió y me reenfocó en mis compromisos espirituales, profesionales y familiares. También fui miembro del grupo vocacional que ella también supervisaba. Me he nutrido abundantemente de la vida de Dios con las Hermanas de esta comunidad y esta sed y hambre de Dios ayer y hoy siguen siendo colmadas por la presencia de las Hermanas Hijas de Jesús en mi vida.
Mi aventura como Asociado comienza pues este día cuando, yo estaba justo a punto de partir a las afueras de la actual Comunidad de Bini Dang, antiguo Noviciado, miro al suelo y veo dos letras hechas con flores bien cuidadas que destacan por su grandeza y estaban acogedoras a la entrada. Estas dos letras eran “FJ”. Habiendo observado esto por un momento, me di vuelta y me di cuenta de que la Hermana Annie Six me estaba viendo salir; Le hago la pregunta “Hermana mía, ¿qué significa ‘FJ’?” Ella me responde simplemente: “FJ significa Hijas de Jesús.” Y yo le respondo “¿Por qué no hijo de Jesús?” Nos reímos y ese día declaré que era “Hijo de Jesús”.
Mi respuesta afirmativa al llamado a ser Asociadoa
Es así que ella me detiene un momento y me dijo esto: “Jean-Marc, ¿de verdad quieres caminar con nosotros y con la Congregación? “. Mi respuesta fue afirmativa y ella continuó diciendo que hay laicos en la Congregación que son personas comprometidas que caminan con las Hermanas y se llaman “Asociados”. Por lo tanto, en este día ella me menciona de paso el carisma de la Congregación y me sitúa sobre el lugar y la importancia de los Asociados y sus misiones dentro de la Congregación. Fue ese día que me habló de los grupos de Asociados que ya existían y que están muy avanzados, como en Francia y Canadá.
Nacimiento del primer grupo de Asociados en N’Gaoundéré
Me anunció que pronto se crearía un grupo en N’Gaoundéré y que sería bueno para mí formar parte de él para comprender mejor. Y me toca a mí decirle que ya estoy allí. Y ella me dice: tranquilo…, tranquilo… , eso llegará con el tiempo. Estuvimos allí en los años de 1997 a 2001.
Es así que nació en 2006 el pequeño grupo de Asociados del Norte de Camerún que creció y evolucionó poco a poco y hoy actúa en cinco sectores con una treintena de miembros. El primer encuentro se celebró en la primera casa de las Hermanas Hijas de Jesús en N’Gaoundéré. En ese momento fuimos acompañadas sucesivamente por las diferentes Hermanas que nos transmitieron ‘el Fuego de la Caridad’ a través de su forma de vivir y su calidad de vida.’
Ayer estaban todos allí y disponibles para acompañarnos; hoy otros continúan sus pasos. Las Hermanas acompañantes pusieron énfasis en la formación fundamental de los miembros, basada en la meditación de la Palabra de Dios, el compartir, la historia y el Carisma de la Congregación. Esta formación continúa hasta ahora con algunas novedades que trae el “Documento de Referencia para los Asociados” titulado: “Camino de la humanidad” y las Orientaciones del Capítulo General 2022.
Los beneficios del Carisma en mi vida
Desde mi membrecía libre, total y definitiva en el grupo de Asociados, he descubierto día a día y sigo descubriendo una nueva cara de carisma :
- dentro de mi familia y en mis relaciones interpersonales,
- a través de las diferentes categorías de personas que constituyen el grupo,
- a través de las diferentes personas que encuentro,
- en mi lugar de trabajo y mi comunidad cristiana,
- y en el cumplimiento de mis compromisos parroquiales, diocesanos e interdiocesanos.
El carisma “Honrar la Santa Humanidad del Hijo de Dios” sigue alimentando mi experiencia permanentemente. Pasé todos estos años dentro del grupo como un simple servidor y entendí que ponerse siempre al servicio de los demás da un significado profundo y concreto a la experiencia del carisma.
Mi experiencia del carisma ha sido rica en vivencias, en sufrimiento, en fragilidad, en paz y alegría. Aprendí a acoger, a aceptar, a compartir penas y alegrías, a entregarme por los demás y a orar juntos unos por otros. Lo que recibo como gracias es el fortalecimiento de mi fe, el sentido del perdón, la humildad, la caridad y sobre todo la paciencia.
Siempre me llama mucho la atención la aceptación y el apoyo de las personas a las que ofrezco el carisma de la Congregación. Esto despertó en mí el compromiso con la pastoral vocacional. No puedo olvidar este gran día de mi vida, en julio de 2022, cuando, junto con los demás participantes del Capítulo General, fui llamado a salir al mar y echar la red, afirmando: “En tu Palabra, echaré las redes ” ( Lc 5, 5). Ese día sentí el fuego ardiendo dentro en mí; Este fuego continúa ardiendo todavía hoy.
Acción de gracias y agradecimiento
No puedo terminar mi intervención sin expresar aquí mi deferencia y mi más sincero agradecimiento a las primeras Hermanas y actuales guías del grupo que siempre supieron escuchar y ser empáticas. Supieron dar testimonio sobre todo con su vida, su presencia y sus acciones de la persona de Jesús. Continúan presentándonos a Jesús a través de sus vidas.
Oramos por nuestras Hermanas, las primeras compañeras enfermas y por todas las enfermas de la Casa Madre de Kermaría. Que Dios los fortalezca y les conceda una pronta curación. Mi agradecimiento también va a todos los Asociados-as que me aceptaron tal como soy, que me apoyan y sostienen. No puedo dejar de agradecer infinitamente a todas las Hermanas y Asociados-as de la Provincia de África por sus consejos y acompañamientos.
Misión fructífera para todos por intercesión de San José.
Estamos y permaneceremos juntos para seguir a Jesús
que nos conduce por los caminos de la humanidad.
Jean-Marc NOUPIEU
Asociado
Ngaoundéré, Norte de Camerún
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