Joven religiosa llegada a Daoukro en septiembre (despuès de los primeros Votos el primero de agosto) descubro la vida de comunidad en medio de este pueblo importante casi pequeña ciudad y la alegría de ser maestra de pequeñitos. Cúantas descubiertas !
- Con 170 niños de menos de 6 años, los días se siguen sin parecerse uno a otro
- El trabajo de equipo (15 personas que intentan dar- cada una según sus características – una coloración particular a este parvulario abierto desde hace 4 años.
- La preocupación de implicar los padres en la vida de la escuela y en todas las preparaciones de las fiestas que ocurren en el año.
- La creatividad pedida a cada uno y por recompensa, la ALEGRIA de los chiquitos y de los adultos.
Y el 9 de febrero, porfín ! el carnaval de Daoukro !!!
Fuimos la única escuela en celebrarlo (ya que en este momento son las vacaciones en el país). Y cierto que fué la fiesta !!!
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- Les alumnitos – de varias etnias, vestidos a la manera de una de ellas, todos de un mismo color (abertura cultural!)
- El desfile, parándose a veces para bailar, cantar (numerosas fueron las repeticiones durante la semana anterior…) haciéndose parar también los transeúntes …..
- Presencia de numerosos padres( cuya participación había empezado con la reunión de preparación en la cual todos los detalles de la fiesta habían sido decididos con ellos.)
- La preocupación de todos para que la fiesta salga bien.
- Y el acontecimiento era tan serio y tan importante que la gendarmería nos encuadraba !
Y yo, joven religiosa, con la Hermana Irene, mi directora, no éramos las últimas en la animación !
Disfrazada como todos los participantes, me sentía aqui absolutamente Hija de Jésus, comulgando a la alegría de un pueblo, atenta al pequeñito cansado, sediente, o llamando a su « Mamá ».
Y a la noche, como en muchas otras veces, oía en mí la frase del Papa Francisco:
« Onde han monjas, aqui hay alegría! »
Sr Nadège Tetee
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