El 23 de abril del 2016 fue la 17a asamblea de los asociados en Kermaria, Francia, con unos 110 participantes, entre ellos unos 15 que vinieron por primera vez.
¿Con qué nos quedaremos después de esta jornada?
Sin duda la experiencia de encuentros, las ganas de alargarlos… por sonrisas intercambiadas, por atenciones unos a otros, aprendemos de a poco a conocernos.
Pero dos tiempos fuertes habrán marcado este sábado de abril:
- Fue dado a cada uno el documento de referencia :
«Camino de Humanidad: Asociado(a)s Hijas de Jesús»
Este documento fue recibido por cada uno de los grupos como un regalo. Iniciada por los asociados en el curso del año 2015, la reflexión permitió redactar un librito de referencia. Nos propone “criterios y algunos medios para el camino de vida de todos los que quieren vivir su vocación en la Iglesia y la sociedad en la línea del carisma de las Hijas de Jesús.» ¡Es un lindo elogio de la Encarnación! « A la manera de Jesús, usar nuestras manos, nuestros pies, nuestros ojos para aliviar, reconfortar y alegrar a los que El pone en nuestros senderos. Esperar dejar pasar a Cristo para que pueda tocar el otro. Invitación a seguir los pasos de Jesús, cada uno en su vida…
Al hilo de las páginas se descubren, con palabras sencillas y profundas, unos tesoros de palabras que traducen el carisma en conjunto, sin borrar las expresiones particulares de cada uno según su país de origen, países tan lejanos por la distancia y a la vez tan cercanos…
Andrée, una de las clavijas maestras, testimoniaba cómo su participación en la creación de ese librito la habrá abierto a la dimensión internacional.
- «Desierto fértil», la vocación al teatro (lazo entre desierto fértil y espectáculo):
«Cuando padre e hija hablan de amor»,
¡Un espectáculo que nos habrá reservado muchas sorpresas!
Descubrimos una joven brillante e inteligente que dice a su padre que quiere ser religiosa. Su padre, viudo, a quién se confía, ¡no está en la gloria!… ¿Por qué le pasa a su hija? Un dialogo intimista, audaz y emotivo se inicia entre el padre y su hija. Esta se esmera en testimoniar la belleza del encuentro con Jesús. Pero el entusiasmo que en un principio la guía empieza a erosionarse… Entonces a su vez el padre se confía a la hija. Le cuenta una anécdota cuando la relación con su esposa se distanciaba. Un acontecimiento le dio de tener otra mirada sobre la relación con su esposa y permitió otro comienzo.
La vida en pareja o con varias personas ¡no es un largo rio sereno!
Lo que llega a los espectadores:
- dificultades que se puede tener en la convivencia de vivir con el otro;
- camino que se puede revelar como arduo, decepcionante;
- oportunidad para cuidar más la relación, sea en la vida comunitaria o en la vida de pareja.
El amor de Dios, el amor del otro: ¿cómo seguir sintiéndolos en los momentos sencillos de lo cotidiano o en las pruebas? Se puede tener miedo al silencio y al desierto… Pero al mirarlo bien, de esas tierras áridas ¡pueden nacer pequeños brotes llenos de promesas!
¿Cómo resuena todavía ese diálogo entre ese padre y su hija? Descubrimos las reticencias del padre, su incredulidad. Se escucha después la hija que le recuerda sus compromisos como hombre en el seno de la Iglesia. ¿Sería que banalizamos demasiado nuestros compromisos? Los dos personajes se dejan continuamente desplazar por la palabra del otro en sus convicciones.
Unas condiciones son necesarias para que el desierto sea fértil:
- Ponerse en la situación de arriesgarse a confiar;
- Abrir su corazón y su mirada.
Fue sin ninguna duda un lindo día en el curso de la cual nos reunió la Eucaristía. Una imagen ilustra la “relación de alianza” que se constituye al hilo de los años: la llegada progresiva de todos los asociados que se mezclan con naturalidad en las filas en la Capilla: alegría de escuchar la Palabra, de tratar de entenderla con la iluminación del P. Gérard Kerhuel, de cantar y de orar juntos. Riqueza de ese tiempo vivido con las hermanas de las comunidades presentes.
Marie-Pierre, grupo de Lorient
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