En la Entitad de Trois-Rivières, en la Residencia Lokia, la Hermana Monique Brûlé, Regional y la Hermana Pâquerette, animadora, buscan por todos los medios una manera de reunirnos a pesar de la pandemia.

 

Pandemía y Nueva estructura

 

Hna Angèle Lépine se encontró con la Hermana Monique Monique Brulé, Superiora regional, y la Hermana Pâquerette Dessureault, miembro del equipo de animación de la entidad de Trois-Rivières, para entrevistarlos.

 

Angèle:– En esta crisis de la pandemia, ¿cómo ve su llamada en la nueva estructura?

 

Monique:– Cuando dije SÍ, no había visto la magnitud de la pandemia, ni las limitaciones del confinamiento que enfrentaríamos. Todo fue perturbado. Entonces puedo decir que para mí fue y sigue siendo muy difícil. Nos fue imposible hacer el lanzamiento de la nueva estructura. El trabajo por modo virtual nos ha permitido avanzar con determinadas asuntos. Sin embargo, lo que nos faltó son contactos humanos y los tiempos para compartir juntas para una reflexión más profunda.

 

Mi misión consiste en estar presente en las cuatro (4) Entidades para convivir con las Hermanas y trabajar con los Equipos… pero no pude llegar allí. Es entonces en la fe y la seguridad de que el Señor siempre me precede que yo vivo mi diario. Espero que llegue un momento en el que podré vivir grandes experiencias con las Hermanas de cada Entidad!

 

Pâquerette:– La respuesta a este llamado es un desafío diario Hacer que la vida fluya con dinamismo y apoyar la fraternidad, en el respeto de todas las exigencias de la pandemia, requiere mucha creatividad y disponibilidad para llegar a cada una de las Hermanas. Se requieren ajustes de horario regularmente y demanda flexibilidad y adaptación constante.

 

Cómo estimular la vida en lo cotidiano

 

Angèle:– ¿Qué es lo que facilita su trabajo en esta misión de estimular en lo cotidiano el dinamismo fraterno y misionero?

 

Pâquerette:– El elemento que más facilita nuestra misión es el precioso trabajo del Equipo de animación de la Entidad. Las reuniones semanales regulares permiten iluminarnos mutuamente y trabajar en colegialidad y corresponsabilidad.

 

Además, el hecho de que cada miembro del Equipo sea responsable de un grupo de Hermanas en la comunidad, permite que cada una de ellas comparta de manera concreta la vida de las Hermanas. Esta experiencia diaria enriquece el intercambio del equipo de animación y facilita las decisiones que se deben tomar para mejorar la vida y para responder mejor a las orientaciones de la misión.

 

Papel y desafíos de la Superiora Regional en tiempo de pandemia

 

Angèle:– Y tú Monique, como Regional, ¿cómo lograr hacer fructificar, en las cuatro Entidades el deseo de vivir en solidaridad el carisma en una vida fecunda y feliz?

 

Monique:– En Consejo Regional, siempre en modo virtual, estamos atentas a lo que está sucediendo en cada Entidad. Nos aseguramos de que las informaciones circulen. Con el participación de los miembros del Equipo, hemos determinado un tema común para nuestra reflexión y nuestros intercambios:

 

«Aquí estoy haciendo todo lo nuevo:

ya está germinando, ¿no lo ves?

Sí, tomaré un camino por el desierto,

ríos en lugares áridos. «

Isaías 43, 18-19

 

 

En este tiempo de confinamiento, podemos hacer el vínculo con esta Palabra y la Pandemia que llevamos viviendo desde hace más de un año… Hemos tomado el tiempo para ver en ella lo positivo: lo que ha podido germinar en nosotros y en nuestro entorno. Un ejercicio de discernimiento que nos ha permitido estar atentos para percibir lo que Dios está haciendo en nosotros y en nuestro mundo que sufre.

 

Desafíos de la vida comunitaria en tiempo de confinamiento

 

Angèle:– Y tú Pâquerette, ¿te gustaría contarnos sobre el equipo de animación? ¿Cómo promover la vida comunitaria cuando las reuniones están prohibidas? ¿Cómo reavivar el fuego del carisma y la actualidad de la misión?

 

Pâquerette:– El Equipo de Animación de nuestra Entidad está formado por cuatro miembros: Gisèle Lacerte, Superiora de la Comunidad Nuestra Señora del Rosario, Pâquerette Dessureault, Superiora de Comunidad San José y responsable de un piso, Thérèse Normand y Cécile Brouillette, las otras dos responsables de piso más la Regional, Monique Brûlé, según los temas a estudiar y las decisiones a tomar. Cada una de los miembros, en estrecho contacto con la Regional, asumimos un aspecto de la misión que ha sido encomendada, sean: Animación, Comunicación, Administración, etc.

 

El Equipo de animación ha trabajado duro para favorecer la vida comunitaria. Las reuniones permitidas, con un número muy limitado de personas, nos obligaron a multiplicar el número de reuniones comunitarias en grupos pequeños, a preparar textos de reflexión sobre papel, a encontrar más a menudo las Hermanas individualmente para informaciones, consultas y compartir de tareas, etc.

 

Sin embargo, hemos experimentado que «vivir de manera diferente» no significa que la vida comunitaria ya no existe. Por lo contrario, toma nuevas formas y fortalece los lazos en profundidad. Con alegría, también notamos que nuestro carisma permanece bien vivo.

 

Las situaciones cotidianas concretas con las Ursulinas, las Carmelitas y los laicos que viven con nosotros en Lokia, nos dijeron que el tema de animación elegido: «Aquí estoy haciendo todo lo nuevo» (Is 43:19) favoreció la vida alrededor de nosotros en este momento difícil de la pandemia.

 

Angèle:– Nuestra Regla de Vida nos recuerda que «la comunidad se construye día a día y que cada uno es responsable de su construcción». (R.V. no 23). ¿Cómo lograr que las fuerzas vivas inviertan incluso hoy en día en nivel de la comunidad?

 

Monique:– De acuerdo con nuestra nueva estructura, los Equipos de Animación tienen la misión de promover, con la Regional, una vida religiosa evangélica y misionera. Están atentas a las Hermanas y hacen todo lo posible para que la vida circule con dinamismo y fraternidad, incluso en tiempos de confinamiento.

 

Por tanto, en cada Entidad, los miembros de los Equipos sigan muy presentes a las Hermanas. Cada una es una piedra viva de la comunidad donde vive. Es importante que cada uno pueda vivir dinámicamente el carisma de las Hijas de Jesús. Para contribuir a ello, la estructura y organización de la Región favorece la atención a las personas, así como la participación con respecto a toda la comunidad y a toda la Región.

 

Pâquerette: – El ejemplo más bonito que podemos aportar para concretar este texto de la R.V. # 23 apareció al comienzo de la experimentación con la nueva estructura.Al momento de la invitación a las Hermanas a compartir diversas responsabilidades para el buen funcionamiento de la vida comunitaria, en un tiempo récord, todas las necesidades fueron satisfechas con notable generosidad! Cada hermana ha encontrado su lugar en la «construcción» de acuerdo a sus talentos y fuerzas. ¡BRAVO!

 

 

Su CREDO

 

Angèle:– ¿Cuál es su Credo para el futuro?

Monique:–

 

• Creo que Cristo está vivo y que camina con nosotros a diario. Él nos precede en nuestros senderos humildes.

 

• Creo que la vida brotará de este período de confinamiento, de esta prueba que es el Covid y que afecta a toda la humanidad.

 

 

 

• Creo que saldremos crecidas y que viviremos un renuevo en la continuidad.

 

• Sigo creyendo que fue ÉL quien me eligió para esta misión: «Tú no me elegiste, yo te elegí a ti. «(Jn 15,16)

 

• Creo «que el Señor mismo hará que germinar y dar fruto profético» a lo que emprenderemos con fe y esperanza. » (Actas del Capítulo 2016)

 

 

Pâquerette:-

 

• Creo que Dios viene a nosotros en el corazón de nuestras perturbaciones.

 

• Creo que Dios puede hacer algo nuevo de nuestras angustias.

 

• Creo que Dios nos abre nuevos caminos.

 

 

 

• Creo que Dios puede hacer brotar la vida brote de nuestras situaciones de muerte.

 

• Creo que Dios nos invita a renunciar al pasado para acoger su novedad.

 

• Creo que Dios nos está llamando a estar atentas a lo que está surgiendo.

(inspirado en una reflexión del Padre Michel Proulx)

 

Conclusión d’Angèle

 

Gracias Monique y Pâquerette por el tiempo dedicado

a este relectura inspiradora.

¡Que el Espíritu Santo bendiga cada uno de sus pasos!