Del 3 al 22 de agosto del 2016, Hna Yvonne Guézennec y Valérie Cariou, asociada a las Hijas de Jesús, recorrieron una etapa del Camino a Santiago de Compostela: nos dan algunos ecos de su experiencia.

“Llegamos a Latronquière (Lot) donde las Hermanas Marie-Jo y Marie-Emmanuelle nos acogen muy cálidamente.

Nuestro camino empieza el 4 por la mañana pasando por Leyme, Padirac, Rocamadour, Montfaucon, Labastide-Murat, Vers, Cahors, Le Pech/Laburgade.

Paramos en el convento de Vaylats.

Tenemos la suerte de acompañar a Hermanas Elisabeth Blanc y Patricia Guillet en una procesión con antorchas en Saint Cyrq Lapopie y de visitar esa magnífica aldea después de haber podido admirar el espléndido Circo de Vénès.

Retomamos el camino hasta Rocamadour donde conocemos a otros caminantes o peregrinos, especialmente a Akila, de Argelia, y a Felipe, profesor en España.

Caminamos varios días con ellos, compartiendo cada uno un poco de nuestra vida, pasando por Monffaucon, Labastide-Murat, Vers, hasta Cahors. Es una ciudad tan linda que, como en Rocamadour, decidimos quedarnos un día más. Mientras tanto, Felipe sigue su camino y Akila retoma el tren, ya que es el punto final de su camino por ese año.

Nosotras seguimos hasta Le Pech/Laburgade donde nos encontremos con otros peregrinos de Nantes, Alemania, de Italia… Encuentros efímeros ¡pero tan simpáticos! el tiempo de una noche.

Una pausa en “La Pequeña Pausa” en Lascabanes y tomamos la dirección de Montcuq donde nos acogen muy bien las Hermanas Geneviève y Jeanine. Terminamos nuestro amino en Lauzerte antes de volver a Vaylats para la fiesta. ¡Una fiesta muy lograda con los jóvenes!

Vuelta al Finistère el 22 de agosto pasando por Moissac.

Lo que recordamos del camino:

Una acogida muy cálida y sencilla en los albergues, una gran fraternidad entre los caminantes y/o peregrinos, sin que importe nuestra búsqueda en el camino. Cada uno “hace” su camino, espiritual u de otro tipo. Hemos caminado juntos, franceses con extranjeros, viviendo una aventura humana llena de alegría, de amistad y de sorpresas… y eso, con toda sencillez.

Hemos podido:

*admirar, a lo largo del camino, aldeas magníficas, paisajes… sin olvidar el sol y el calor;

*visitar las iglesias o capillas, participar de las misas, etc.

A lo largo de los días, hemos “domesticado” el camino, en cuanto a la reservación de los distintos albergues y al reconocimiento de las indicaciones. Una bella emoción también en el momento de la bendición de los peregrinos en Rocamadour (como en Conques el año pasado).

Por continuar…

“No veo sino un medio de saber hasta dónde se puede ir,

es ponerse en camino y caminar.”

(Henri Bergson)

¡Buen Camino!… (1)

Valérie Cariou e Yvonne Guézennec

(1) En castellano en el texto