Desde el comienzo de la pandemia coronavirus, el convento de Vaylats tuvo él también que adaptarse e instaurar nuevas medidas. El señor Brochard Director de la Asociación Jean Liausu y la Hermana Christiane nos hablan de eso.
Agnès Miquel – Señor Brochard, desde la epidemia del coronavirus en nuestro país, cuáles son las medidas que tuvo que adoptar?
Señor Brochard – Es en un consejo de administración que hemos decidido cerrar el convento, y claro, hemos puesto en marcha los gestos barrera. Concretamente eso quiere decir que nadie más entra ni sale, excepto el personal, las ayudantes a domicilio y los repartidores. Luego, después del anuncio de nuestro Presidente, el señor Macron, del confinamiento general, hemos reforzado las medidas. Y por último, hemos añadido la distanciación a nivel de los tiempos de comida. Se tuvo que re-trasladar en una sala más grande. Tuvimos que hacer un trabajo bien grande de sensibilización para con el personal.
En cuanto a los laicos, hemos organizado unos intercambios por Skype, para que puedan guardar el vínculo con su familia, porque claro las familias no son autorizadas a venir encontrarse con los suyos. Tuvimos pues que formar las personas mayores y las familias a Skype.
El señor Brochard termina diciéndome que las Hermanas y los laicos son muy conscientes que están en un medio ambiente muy privilegiado.
Las Hermanas se reorganizan
Le toca a Christiane hablarnos más especialmente de las Hermanas:
A.M. – Hermana Christiane, cómo viven todo esto las Hermanas?
Christiane – Eso no cambia fundamentalmente sus costumbres, pues salen muy poco o tendrían que ser acompañadas; fácilmente quedan en su cuarto. Se dieron cuenta poco a poco de la situación. Teníamos miedo que los traslados iban a perturbar pero rápidamente ellas volvieron a encontrar sus puntos de referencias. Respetan bien las consignas que se les dieron. Todo va bien. Concretamente no se puede ir a la capilla, entonces hubo que encontrar otros medios para la oración y para celebrar de otra manera ya que no hay más eucaristía. Eso permite también salir de la rutina.
Serenidad y paz
Realizando esta entrevista, con las palabras del señor Brochard y de la Hermana Christiane, he percibido que la vida en el seno del convento de Vaylats quedaba apacible y serena.
Entrevista realizada por Sor Agnès hj, Rennes, Francia
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