Cerrado pero abierto

 

 

Hermana Mary Clare, en comunidad en Westgate, en la parte sureste de Inglaterra, reflexiona sobre un paseo en la ciudad que la llevó a un camino de esperanza y alegría durante la Pascua.

 

Un modo de vida distinto

 

La pandemia Covid-19 nos puso a todos en un desafío: vivir de manera diferente, de distintos modos. Como por el momento no está autorizado ningún gran agrupamiento, decidí mantener la tradición del Viernes Santo, en que los cristianos testimonian su fe desfilando en su ciudad para tener una celebración religiosa. Decidí hacer mi “ejercicio de una hora” yendo a la ciudad por el sendero que costea el mar, saludando a todos los que encontraría en el camino con una sonrisa o un “buenos días” cordial.

 

Aquella mañana había un clima excepcionalmente cálido y entonces muchas personas paseaban con sus perros en la playa. Pero la ciudad estaba en una calma casi preocupante. Leí los avisos “CERRADO” en las puertas de los negocios y me impactó ver cuántos propietarios daban señales de esperanza. Agradecían a sus clientes haberles comprado mercancías en el pasado y expresaban su prisa en verlos de nuevo. Todos les deseaban suerte, asegurando su seguridad –en otros términos, respetando la regla de la “distanciación social”.

 

 

 

Un servicio de agradecimiento

 

Después, vi una vitrina que me sorprendió. Era un negocio de recuerdos y regalos con una vitrina de Pascua. La propietaria la había adornado para transmitir sus mejores deseos de Pascua a todos los habitantes de Westgate.

 

 

¡Alegres Pascuas para todos!

Espero que mi vitrina les haya alzado el ánimo en esos tiempos inciertos.

¡Quédense seguros y con buena salud!

Hasta después, cuando tenga el derecho de abrir de nuevo.

Prudence X

 

La vitrina estaba llena con objetos que reflejaban Pascua como un período de vida nueva –había huevos, conejos, ovejas de todas formas y tamaños, con flores artificiales de primavera. La propietaria incluso había enganchado una guirnalda de flores en lo alto de su ventana.

 

Esa persona nos da esperanza. En su homilía del domingo de Pascua, transmitida en línea desde su cocina, Justín Welby, arzobispo de Canterbury, dijo:

“La imaginación, la ambición, la esperanza son algunos de los alimentos que nos nutren durante los tiempos oscuros.”

 

 

La Reina Isabel, en su primerísimo mensaje de Pascua, dijo algo parecido:

 

“El descubrimiento de Cristo Resucitado el primer día de Pascua dio a sus discípulos una nueva esperanza y una nueva razón de ser.”

 

Para mi, esta vitrina era un señal de esperanza dada a todos los que pasaban delante de un negocio «cerrado pero abierto». Mandé una carta a la proprietaria para agradecerle la alegría que me había dado. La agradecí también haber tomado el tiempo de adornar una vitrina que diera a los demás esperanza y alegría.

 

 

 

Hna Mary Clare Mason hj

 

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