El 17 de mayo 2015, se celebró en Kermaria de Trois- Rivières (Quebec), la fiesta del Jubileo en una atmosfera particular de alegría y de acción de gracias.
En este domingo 17 de mayo de 2015, acompañadas de un magnífico sol primaveral, la Iglesia celebraba la fiesta de la Ascensión. Fue el día escogido para festejar los 60, 70, 75 y 80 años de vida consagrada de las 11 hermanas de la Vice-provincia de Trois-Rivières. Nuestra bellísima capilla de estilo gótico desprendía un aire de fiesta y de alegría: los arreglos florales provenientes de las diferentes Vice-provincias de Canadá eran prueba tangible de su recuerdo y de su oración.
La misa es precedida de un momento musical amenizado por las Señoras Chantal Noury, violoncelista, y Nathlie Rivard, violinista La música es propicia a la oración y acción de gracias. Monique Brûlé, Vice-provinciala, da la bienvenida a la asamblea y al celebrante: el Padre François-Joseph, de la Orden del Carmel. Éste se siente emocionado de ser acogido con tanta solemnidad, y en su homilía nos invita a todas a abrir nuestro corazón para acoger las diferentes manifestaciones del amor de Dios, lo que nuestras festejadas de hoy trataron de hacer a lo largo de su trayectoria como mujeres consagradas.
Las cantantes de l’Acueil Notre- Dame, se agregaron al coro de Kermaria para marcar la solemnidad de este gran día de fiesta. A la comunión, después de la renovación de los votos, nuestras dos músicas nos dan a disfrutar de la armonía de “Jesús mi Bien Supremo”.
Le toca a Päquerette Dessureault, provinciala de la provincia Canadá, dirigirnos la palabra. Mensaje substancial invitando a las Hermanas del Jubileo a mirar el pasado con agradecimiento haciendo memoria del “primer Amor” que ha seducido su corazón y todos los “Sí” que marcaron su caminar espiritual. Invitación a vivir el presente con pasión siendo mujeres de comunión y signos creíbles del Espíritu. Una llamado a abrazar al futuro con esperanza sabiendo que es juntas, Hijas de Jesús y Asociados(as) que entramos en el ultimo trozo del camino. sabiendo que es juntas, Hijas de Jesús y Asociados(as) que entramos en el ultimo trozo del camino.
Se expresa un agradecimiento a todas las Hermanas, que tal como abejas, no cesaron de sacar a las flores el néctar del servicio et de la generosidad para la preparación de este bello día.
El órgano, tocado por Sor Suzanne Hubert acompaña la salida y nos dirigimos a la cafetería para una comida festiva. Un vibrante “gracias” al equipo cocinero que ha sabido ajustarse al tono de la celebración.
Al final de la comida, estamos invitadas a la “salle du Sacré-Coeur” para un fraternal digestivo y la expresión de nuestras felicitaciones a las Hermanas al honor. Muchas van a la Comunidad “Notre- Dame – du- Rosaire” para el abrazo a las Hermanas fragilizadas por una larga vida de servicio.
Confortadas con este lindo encuentro “Vayamos testimoniar de la alegría que viene de la certeza de sentirse amadas, de la confianza de ser salvadas” como nos lo repite constantemente nuestro buen Papa Francisco.
Madeleine Trudel, h.j.
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