Con las « abuelitas de lo espiritual

Unas comunidades de Hermanas Mayores de la Provincia Francia-Bélgica (Le Bouëtiez, Saint-Evarzec, Plonéour-Lanvern, Quimperlé, Lorient, Guidel, Bignan, Locminé, Ploërmel) y además algunas de las laicas asociadas a la congregación siguen cada trimestre, desde el año 2016, una jornada de reflexión, en armonía con el período del año litúrgico. Esas jornadas, las anima Hna Henriette Danet que nos hace un resumen de las sesiones del mes de febrero del 2019.

 

Nuestro ciclo pascal 2019

 

“Para la Cuaresma, sería bueno encontrar algo que sea a la vez nuevo y ordinario: nuevo para resistir al desmoronamiento, ordinario para que sea factible.” ( frase tomada de un Boletín)

 

Nuestro plan

  • ¿Qué es el hombre? ¿Y qué hay después de la muerte?
  • “Soplo de vida” venido de Dios (Gn 2,7).
  • Pero ¿cómo los muertos resucitan? (1 Co 15,35)
  • Ya no busquen más a los vivientes entre los muertos;
  • La transfiguración de los cuerpos;
  • Conclusión: el cuerpo, capacidad de presencia al otro.

 

Empezamos sustituyendo la definición del pequeño catecismo: “El hombre es un ser compuesto de un cuerpo y de una alma” por las hechas a partir del Génesis, de san Pablo y de san Ireneo de Lyon. ¡Sirvámonos de nuestras gafas en tres dimensiones!

 

 

 

 

 

El Señor Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida,

y resultó el hombre un ser viviente.” (Gn 2,7)

 

 

A través de las diferencias, saquemos los puntos comunes de los cuatro relatos de la tumba vacía :

  • Unas mujeres en trabajo de duelo
  • Un pozo de luz blanca: ¡revelación divina!
  • Un mensaje que, al meditarlo, trasformamos así: “No busquemos nuestros muertos entre los muertos!”
  • ¡Vayan a decirlo!

 

Las distintas fotografías de Carlos de Foucauld reflejan las etapas de su recorrido espiritual.

 

 

Niño, tenemos la cabeza que nos fue dada

Adolescente, lucimos “la pinta” que podemos lucir

“A los 40, uno(a) muestra la jeta que se merece” (Edgar Degas)

De viejo, se tiene el rostro de la sonrisa dada.

 

 

Simon Mpeke, (1906-1975) conocido con el apodo de “Baba Simon”, es uno de los primeros sacerdotes del Camerún. Flamante párroco de una parroquia de la ciudad de Douala, elige ir a vivir en las montañas del Norte del país cerca de una tribu, los Kirdi, cuyas tradiciones él respecta y da a conocer. Está en marcha su proceso de beatificación.

 

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