En Kermaría
Con la Iglesia,
en este 2 de febrero 2015,
unidas a las hermanas de la congregación,
las comunidades de San José han celebrado a Cristo Luz.
En este año de la vida consagrada, habíamos invitado a laicos a nuestra celebración. Respondieron a la invitación numeros fieles del sector de Locminé así como unos asociados; así la nave de la capilla estaba llena. Luces (Luz) y cantos marcaron la solemnidad de la fiesta.
Acompañado de unos sacerdotes y un diácono, el Padre Yves CARTEAU, cura del deanato del sector, presidía la celebración. Iinvitó a todos a hacer memoria de nuestro bautismo : “Bautizados, tenemos la misión de manfestar a Cristo. Juntos, somos una Iglesia responsable de dar a ver a Cristo; somos invitados à marcar un camino de luz en nuestro mundo”.
Después, dirigiendose a las hermanas, el Padre subrayó que nuestra vocación consiste en reflejar de una manera particular la luz de Cristo : ”No se entiende la vocación fuera de la llamada de Cristo-Luz en su vida,es como un vuelco del corazón por Cristo… El secreto de la vida consagrada está ahí. La Luz de Cristo atrae, quema, invade”.
En este año de la vida consagrada, todos estamos invitados: religiosa, laico, diácono o presbitero “a volver a la fuente de nuestra vocación para vivir apasionados en el mundo de hoy”.
Sor Michelle Paul, hj
En Quimper
El 1° de febrero, religiosas, religiosos, de diferentes congregaciones, laicas consagradas de la diocesis de Quimper se encontraron en la Comunidad tan acogedora de las Hermanas de la Misirecordia de Laval, en Kernisy.
Rapidamente la capilla se llenó con los residentes y nosotros, sea alrededor de 70 personas. El Padre Jean-Paul LARVOL, delegado a la vida religiosa, celebró la misa con los 3 sacerdotes residentes. Misa tan bien preparada y animada por las más jovenes religiosas y una pareja jóven.
El Padre LARVOL expresó, sobretodo, su acción de gracias para el don de la vida religiosa y animó a cada uno a vivir en la alegría y en la esperanza.
Al final de la misa, al sonido de la gaita bretona, nos esperaba un brindis. Hemos podido admirar el bufé tan bien preparado por el cocinero y las hermanas de la casa. Hemos apreciado la fraternidad, la sencillez de las relaciones y esta preocupación por mantener el dinamismo que nos anima todavía hoy. El día terminó con la oración de Visperas.
Un fuerte agradecimiento a nuestras hermanas de Kernisy y a todo el grupo de preparación.
La comunidad de Saint Evarzec Finistère.
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