» ¿Por qué mi abuela tiene caminos en el rostro?» pregunta Guillaume, 4 años. Una pregunta que da a reflexionar . Muchas veces, los niños nos adelantan y nos trazan caminos. Ellos hablan con un corazón sencillo.

La pregunta de Guillaume me llegó a lo más profundo de mi ser. Sin saberlo, me invitó a reflexionar sobre el tipo de caminos que son los míos.

Me arriesgo dar una respuesta a Guillaume, señalándole seis caminos encontrados en el rostro de su abuela.

• ¡Camino de penas! Ninguna vida puede avanzar sin encontrar penas, tan pequeñas sean!
• ¡Camino de amor! Es agradable recorrer ese camino. No podemos precindirnos del amor.
• ¡Camino de alegrías! Gracias Señor por sembrar alegría lo que da alas para seguir caminando alegramente.
• ¡Camino de felicidad! ¿Quién puede renunciar a la felicidad? Tu abuela lo aprovechó
• Camino de lágrimas. No se elige, pero es inevitable.
• Camino de santidad. Eso corona todo y nos lleva a destinación.

Para tener signos tan evidentes en el rostro, seguramente no es a causa de una vida «al agua de rosas». Somos seres humanos quienes llevamos heridas y fardos. La vida se encarga de presentarnos un menú muy variado. » En el sufrimiento hay un brote de vida, ya que la vida enseña» nos (Jean Paul Simard)

Eso es, querido Guillaume, el nombre y el porqué de esos caminos.

El camino del amor

¿ Y tú Señor, cúales son los caminos que Guillaume, o cualquiera otra persona, podríamos ver en tu rostro?

• Los caminos en el rostro de la abuela son para constatar.
• El camino en el rostro de Cristo es para seguirle.

Cristo tiene un solo camino: El AMOR

» Toda la tierra Señor está llena de tu Amor» Ps 32(33)

«Jesús, oh tú que nos convences

Sobre tus caminos de humanidad.

Cuando suben en nosotros los gritos del mundo.

Enséñanos amar a tu manera. » (Robert McGraw)

Lina Cyr, Hj. Rimouski, Canadá