Vaya mar adentro…

Entrevista con Hermana Agnès Miquel, f.j., quien vive su misión en la Vice-provincia de Trois-Rivières (Canadá) desde ocho meses.

Agnès, hace ocho meses que has llegada a Canadá, en la Vice-provincia de Trois-Rivières. ¿Cómo vives tú este cambio, a nivel “país” primero?

En primer lugar, la provincia de Quebec, me parece ser una región donde hay menos “stress” que en Europa. Se debe tal vez al ritmo de vida y de trabajo diferente. Es como si viviéramos al ritmo de las estaciones. Me costó captar el lenguaje; primero a nivel del acento, y también a nivel del vocabulario y expresiones. Por ejemplo, una de las expresiones que me llama particularmente la atención: “Eso me llega” porque expresa bien como las cosas y los acontecimientos me alcanzan.

communauté de Tavibois2016¿Cómo te sitúas con la Hijas de Jesús quebequenses?

Me viene a la mente una vieja película: “los tres Mosqueteros”; “uno para todos, todos para uno”. Y agrego “Una para todas y todas para una”. Simplemente para decir que ese “UNO”, es Jesucristo, es El quien nos motiva como Cuerpo congregación y que, más allá de las fronteras, es el mimo nombre que llevamos: Hijas de Jesús.

Naturalmente, me he sentido acogida muy fraternalmente, como cualquier Hija de Jesús; cuando llegamos de otro país, esta fraternidad es grande y preciosa.

Lo que me ayudó a integrarme con mayor facilidad en la provincia Canadá, es el servicio que me pidieron en el Capítulo provincial: fue para mí ocasión de encontrar Hermanas de otras Vice-provincias, y he descubierto otra manera de trabajar y me enriquecí de varias experiencias.

Cuando una cambia de país, se viven pasos… Y también dificultades de adaptación…

Sí, resumiría estos pasos en dos palabras : libertad y camino.vérification des chalets

El primero, libertad: no una libertad que permite hacer lo que una quiere, cuando se quiere y donde se quiere; pero una libertad interior. Quiero decir que, vivir lejos de mi país, de mi trabajo, de mi amistades me enseñaron a liberarme; no olvidar ni negar, pero desprenderme favoreció la comunión con las personas que amo y que he tenido que dejar en mi país.

El secundo camino: vivir de otra manera, aprender a cuidar de la dimensión humana de mi persona, y eso conduce a “cuidar” mi relación a Cristo para seguir en pos de El en comunidad al servicio de la misión.

Sí, he vivido dificultades al principio, como todo cambio lleva consigo. La mayor dificultad fue el frío, la nieve que nunca terminaba y el hielo. El hielo es realmente una prueba !!! Pero el Señor iba adelante.

cuisine¿Puedes compartirnos cuál es tu misión en tierra canadiense?

Mi primera misión es bella! Es primero estar al servicio de la obra de Tavibois: lugar donde la comunidad está encargada de 22 chalets que se arriendan según la estaciones del año. Mis días varían entre la verificación de los chalets al retirarse los arrendadores compartir con Sylvie (una de las empleadas), el lavado de la ropa que han servido a la gente en los chalets y uno servicio de cocina para la comunidad. Tengo también una inserción pastoral en un equipo de responsables para la preparación de jóvenes adultos a la confirmación.ménage

¿Una última palabra?

Un cantante francés que aprecio mucho, Jean Jacques Goldman dice, en una de sus canciones: «se debe llevar en sus bagajes lo que realmente vale la pena, y decir gracias para estas perlas de vida”.

Entonces, vamos y, avancemos mar adentro con lo que nos da más y más vida.

 

 

 

 

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