Congreso de Vida Consagrada en Bogotá, Colombia, del 1° al 4 de mayo,

participamos 1000 consagradas (os)

“¿No ardía nuestro corazón cuando nos explicaban las escrituras?” Lc. 24, 32

Esta expresión de los discípulos de Emaus, la sentimos durante estos días.

Algunas frases dichas por los ponentes han resonado hondo en el corazón de nosotras como Hijas de Jesús y nos han puesto en camino hacia la responsabilidad de nuestra verdad, hacia la revolución de la ternura (Exhortación apostólica, la alegría del evangelio) y hacia un seguimiento a Jesucristo Muerto y Resucitado con sus heridas ya sanadas e integradas.

Algunas frases y ecos que queremos compartir:

Hermana Yuri Griselda Casallas:

Ya es hora de dejar nuestra costumbre de querer siempre organizar el caos que creemos consume nuestras energías, más bien regalémonos la posibilidad de desear integrar nuestros desordenes internos, para así llegar a ser mujeres fecundas en opción por el Reino con una convicción profunda de humanizar desde lo que somos a la manera de Jesús.

Hermana María Cristina Otálora Macías:

Una tarea de siempre:

«Peregrinar hasta el corazón para preguntarnos, Qué hicimos con el amor… Sobrevivió el amor?

Que en medio de nuestras heridas y sufrimientos, podamos ver los signos del amor.»

Hermana María Irma Sánchez Sierra:

“Ningún aprendizaje es más importante en la persona que el aprendizaje afectivo/relacional”. “En el estilo de vida de nosotras las consagradas, es el riesgo relacional que le es propio a la vida en comunidad ya que es propio a la existencia humana”.

“Nuestra sexualidad es una energía relacional que hace la vida fecunda”.

“La Palabra de Dios con relación a nuestra sexualidad y genitalidad ha sido interpretada durante mucho tiempo como negación, pero tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. Podemos compararla con una semilla que una vez, sembrada crece por sí sola (Mc. 4, 26,29)”. “Nuestra sexualidad y genitalidad como dones de Dios, están necesariamente referidas a la construcción del Reino, a la búsqueda del amor en todas sus dimensiones”.

Hermana María Silenia Sosa Ramirez:

“Nosotras (os) las consagradas (os) somos responsables de nosotras mismas de sanar y humanizar. Esto nos lleva a vivir una vida unificada e integrada, divinizada en el Dios de la vida”. “Los he llamado para que tengan vida y vida en abundancia” Jn. 10, 10

Verónica Herrera Calix. Novicia 2do año:

Escuchar a Dios donde la vida clama, es para mí descubrir que la vida consagrada también es un lugar donde se puede escuchar este grito: Comunión y escucha

Nayda Yadira Martínez Suazo. Novicia 2do año:

“Cuando trato de detener la palabra de Dios, es porque ya se ha penetrado en mi interior”

Nolvia Maryori Ávila Figueroa. Novicia 1er año:

Las religiosas (os) sacerdotes, laicos, nosotros los seres humanos tenemos que vivir nuestra afectividad y sexualidad desde lo relacional / revelacional y no desde lo moralista y pecaminoso. No hay que reprimir nuestro ser vivo.

Hermana María Teresa Perot:

“Dios habla desde la vida de Jesús” (Hb. 1, 1-5)

“Para enseñarnos desde EL, que nuestra vida también contiene su palabra”

Hermana Martha Graciela Rodríguez Martínez:

“Solo Dios puede llenar el corazón” “El auténtico testimonio de la persona es cuando logra la armonía del sentido con los sentidos”. “La vida habla si hay un corazón que escucha”

Hermana Gelsomina Rodas Baquedano:

“En el acompañamiento no podemos satanizar ni ignorar el caso de la sexualidad y afectividad, hemos de acompañar para una real orientación”

Qué desafíos nos plantea la afectividad y sexualidad hoy para la formación?

Hermana Raymonde Tessier:

«Una espiritualidad centrada en la pasión por Jesucristo y por el Reino en la progresiva inserción en la persona y misión de Jesús es posibilidad de libertad y alegría.»

Hermana Viviana Carolina Forero Angulo:

“El drama de la vida religiosa no son los conflictos sino que hemos perdido el lugar desde donde leemos esos conflictos”.

Debemos hacernos cargo de nuestra responsabilidad en el asunto de los escándalos sexuales y darnos cuenta que vivir el celibato hoy, es fuente de fecundidad, alegría y creatividad. Darnos cuenta también que este tiempo eclesial es el” tiempo de Dios” (kairos): lleno de posibilidades, de tomas de conciencia, de conversión personal, comunitaria y eclesial.

Este congreso me permitió ver hasta donde el celibato ha sido vivido de una manera fría, dura, llena de compensaciones, viendo todo como escandaloso y preocupada de cuidar la imagen de la iglesia y personal en lugar de pensar en las víctimas de estos abusos.

“El problema de la formación no es la formación inicial sino la formación permanente. Es urgente dejarnos educar por la escuela de la vida, allí Dios habla”.

“La relación comunitaria es lo más profético para un mundo en crisis de coexistencia humana, marcado por el egoísmo”.

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