A nosotras, las mayores que salimos poco, cada trimestre, una jornada de réflexión, animada por Henriette Danet, se nos ofrece en la casa. Somos 6 comunudades e invitamos también alas vecinas y a los/las asociad@s : Plonéour, Saint-Évarzec, Guidel, Quimperlé, Bignan, Ploërmel. Ni lápiz ni papel ni libro… sino, cada vez, unos diaporamas, unas películas y una buena dosis de humor nos ayudan en la reflexión.
Ese trimestre, durante el tiempo del Adviento, estamos en espera, ¿pero de qué ? Hemos reflexionado sobre las esperas de la edad avanzada.
Nuestra curva biológica baja…
Pero nuestra curva espiritual debe subir, comme la de las grandes figuras bíblicas : Jérémias, Abrahán y Sara dentro un buen listado de tantas mujeres, biologicamente dichas estériles pero fecundadas por Dios.
Entonces, en vez de esperar la «gran travesía», ¡esperemos la venida del Niño! Estamos emocionadas cuando escuchamos a varias de nosotras que dicen: « Esperaba la muerte, pero ahora espero otra cosa ». Esa otra cosa bien podría ser una promesa de Dios que está viniendo hacia nosotros.
Entonces, con Jeremías «¡abrochémonos los cinturones!», ¡Dios nos viene al encuentro bajo la figura de un Niño!:
« El Verbo de Dios ha venido al ser humano para acostumbrar al hombre a entender a Dios y acostumbrar a Dios a vivir en el hombre. »
Irénée de Lyon, Adv. Haer. III, 20, 2 .
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