¿En qué terreno cayó la semilla ?
“Ustedes estén atentos a los frutos, cuiden el trigo, no pierdan la paz por la cizaña. El sembrador encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y de frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados.
Oración por la reconciliación nacional, 7 de septiembre 2107 Colombia, Bogotá.
Parábola del sembrador
Han pasado cinco meses de la visita de nuestro querido papa Francisco a esta tierra Colombiana. La Iglesia se preparó durante seis meses con la parábola del sembrador Mc. 4, 1-20, hoy esa semilla sembrada se riega y se cultiva, su visita fue un acontecimiento que nos invita a pensarnos como cristianos, como católicos. Su mensaje y sus gestos han alimentado la fe de diferentes grupos eclesiales y no eclesiales. Hoy su mensaje tiene algo que decir a los asuntos que nos preocupan como sociedad y como Iglesia, asuntos coyunturales como las elecciones, la migración de venezolanos, los diálogos de paz, asuntos en los que se pone en juego la fe y el compromiso cristiano.
La semilla sembrada
La semilla sembrada cayó en el terreno de:
- los jóvenes a quienes dijo “ no se metan en el chiquitaje, vuelen alto y sueñen grande”,
- las congregaciones religiosas a quienes nos dijo “ que no les falte las vocaciones como la arepa al desayuno”
- las victimas de la violencia les dijo “gracias por la lección de alta teología, aprendo de ustedes”,
- en el terreno de los obispos, sacerdotes, miembros del gobierno, militares, y en general la sociedad,
les hizo saber que Dios llega a ellos y les invita a cultivar la vida en El. Hoy nos preguntamos
- ¿Cómo su mensaje puede transformar y renovar nuestros institutos?
- ¿nuestra manera de vivirnos?
- ¿de decidir, de actuar en favor de los que más sufren, de los excluidos, de los que juzgamos a la ligera?.
El mensaje de fe en el Cristo roto y mutilado de Bojayá( corregimiento del Choco, lugar del genocidio del 2002), nos invita a ser cristianos que pensamos las decisiones en favor de la paz, la verdad, el perdón, la misericordia, solo asumiendo un camino pascual, el del Cristo roto, mutilado y resucitado es posible liberar a Colombia de la desesperanza. renovar la fe que hemos recibido, practicarla “dando un paso” en cada gesto y decisión, para recomenzar con lo que quedo.
El Cristo roto de Bojayá
El espíritu de su visita queda como impulso y esperanza para creer que hoy podemos asumir actitudes a la manera de Jesús el Cristo. Especialmente el Cristo roto y mutilado de Bojayá escucharlo y contemplarlo, en su camino de cruz, El sufre con los que sufrieron este día y cuyas heridas siguen tratando de sanar.
Nos corresponde a cada uno dar el segundo paso, cuidando el terreno personal y comunitario, para que el mensaje de Jesús que vino a sembrar Francisco pueda dar buenos y abundantes frutos.
Hna Viviana Carolina Forero A. hj
Colombia
bookmarked!!, I like your blog!