EL DON DE LA FE NO TIENE FRONTERAS
Soy Martha Graciela Rodríguez, religiosa de la congregación Hija de Jesús de Kermaria.
Nací en un país de Centroamérica que se llama Honduras, llegue a Colombia en el mes de febrero del presente año para colaborar en el Centro comunitario Jesús Maestro.
Mi experiencia en este proyecto ha sido positiva me ha ofrecido la oportunidad de trabajar con otras comunidades religiosas, (Compañía de Santa Teresa de Jesús, Hermanitas de Nazaret) con laicos, estudiantes de diferentes universidades (Uniminuto, Mayor de Cundinamarca) que hacen parte de este proceso de ofrecer nuevas alternativas a todas las personas que se benefician en este proyecto (Niños, Jóvenes, Mujeres, Adulto Mayor).
En un sector de Ciudad Bolívar que se caracteriza por la pobreza, desempleo, desintegración familiar, violencia, población fluctuante.
Personalmente siento que esta realidad me hace entrar en contacto con mi propia fragilidad humana, al descubrir que el buen deseo de ayudar no es suficiente para cambiar esta realidad, para responder a las necesidades de esta población, sin embargo me gusta esta posibilidad de solidarizarme con el dolor y el sufrimiento de muchas personas víctimas de la injusticia y la violencia.
Agradezco al Señor que me regala la posibilidad de unir fuerzas, de trabajar con otros para hacer presente su Reino de esperanza, amor y paz, por permitirme descubrir que el don de la fe no tiene frontera.
Llevando la preocupación de la promoción humana
Según el evangelio
Trabajamos con otros
Para un mundo más justo y más fraterno
Donde la libertad y la dignidad
De todos sean restauradas. (Regla de vida n° 11)
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