«La paz les dejo mi paz les doy, no la doy como la da el mundo»

Jn 14, 27

 

Colombia un país que ha sido noticia en los últimos tiempos, debido a su apuesta por la paz.

 

 

Hoy nos sorprende por el triunfo de no en el plebiscito que refrendaba esta apuesta. (Acuerdos entre grupo armado FARC y Gobierno), pero más allá del no, sorprende la abstención del 60% del país. Este nos ha llevado repensar la terea de la Educación, de la Iglesia los cuales forman en valores, en compromiso por la paz, la solidaridad y el Bien común.

 

La conmoción nacional e internacional de los distintos sectores de la sociedad, frente a este momento histórico ha hecho que se despierte un mayor arraigo en la búsqueda de la paz, particularmente los estudiantes se han movilizado entorno a este bien y derecho de la constitución. Estamos convencidos que la educación es el camino a la paz, una educación en valores de vida, en proyección colectiva hacia el perdón, la justicia, la reparación, la asociación y el trabajo digno y comunitario, la creatividad que surge al ver que necesitamos una salida a la crisis.

 

Por eso vivimos un despertar de distintos sectores de la sociedad que se unen por la paz, a través de mecanismos como: los talleres de pedagogía para la paz, escenarios en los que la sociedad no solo se informa sin se forma. Mecanismos como las marchas promovidas por los estudiantes;

• de las flores en homenaje a las víctimas,

 

• la del silencio,

 

• de las antorchas,

 

• el campamento en la plaza de Bolívar;

destacándose por un verdadero espíritu de paz, de amor por la vida y la democracia.

Esto es lo más profético que la educación ha logrado promover, hoy cuando parecía que este resultado del plebiscito iba a generar una fuerte polarización y otra guerra más; por el contrario, presenciamos un panorama más esperanzador con más participación de la Educación y la Iglesia, con una manera más audaz para responder a los interrogantes más concretos que se platea la gente del común

Algunas consignas pacificas que alientan las caminatas:

• «Lo dice Toribio lo dice Bojaya no queremos más guerra, queremos es la paz.»

• «Si queremos y si nos da la gana queremos los acuerdos pactados en la Habana»

 

• «Y si los leímos y si nos gustó vamos Colombia vamos por la paz»

 

• «¡Amigo! Mirón, únase al montón, la paz es un derecho de la Constitución.»

 

Como comunidad Hijas de Jesús, conformada por tres hermanas colombianas, de las cuales dos somos estudiantes, hemos sentido un Jesús que quiere darnos su paz, dejárnosla para que seamos sanadas y sanados de todo aquello que nos oprime, permitiéndonos recibir la alegría del perdón, la esperanza de la reconciliación que nos lleva a un modo nuevo de relacionarnos y de construirnos como país, Nos lleva a una salida creativa que despeja el camino y habla de oportunidades para la vida.

 

Estamos en cada iniciativa que nos abren un horizonte esperanzador y movilizador. En nuestro compartir diario y en nuestra oración comunitaria hemos vivido junto con el pueblo sufriente y confundido, estos acontecimientos, hemos sentido una Iglesia que se cuestiona su rol en este proceso de perdón y reconciliación, ya que este no es un lenguaje extraño a ella; sino es más es el programa de vida de Jesús Maestro, Pedagogo y Artesano de la paz.

Sentimos que Jesús se acerca a esta multitud de colombianos de una manera compasiva, y como Hijas de Jesús, como estudiantes queremos apoyar todos los procesos necesarios para que nuestro pueblo camine por las sendas de la paz, la justicia y el derecho a vivir en dignidad humana.