Las novicias, enviadas en estadía apostólica, aprenden sobre el terreno apropriarse del carisma de las Hijas de Jesús. Aquí van dos testimonios.
Mi encuentro con Maxime
Mi estadía se hizo al CNRPH (Centro Nacional de Reeducación para Personas Discapacitadas) en Yaoundé.
De inmediato les hablo de mi encuentro con Maxime. El es un dIscapacitado grave y abandonado a la edad de tres años. No camina, no habla, padece de trastornos mentales y está muy encerrado en si mismo. Entonces es una persona totalmente dependiente, sencillamente una presencia.
Cada día yo venía para atenderle: decirle palabras bonitas, acariciarle la cabeza, darle de comer, cambiar sus pañales , sacarle de su cuarto cada vez que lo permitía el clima al exterior de la casa y darle una vuelta alrededor del centro o pasar un tiempo en la capilla.
Poco a poco Maxime se ha vuelto más abierto, más alegre y recuperó su sonrisa. Su rostro triste del primer día cambió en un rostro radiante. Se sentía amado y en seguridad conmigo.
En ese hecho, lo que me impactó de Maxime, es su capacidad de amar, de dar confianza, entrar en relación a pesar de su discapacidad pesada. Para mí Maxime es una presencia real de Cristo. Con él he descubierto en lo más profundo de mi ser mis limitaciones y mis riquezas. En mi manera de comunicarme con este niño, en un lenguaje de signos, aprendí que el amor no tiene lenguaje específico: los gestos, la mirada, la actitud del cuerpo, la sonrisa , tocar de la mano, representan una verdadera comunicación.
Esa proximidad con Maxime acentuó en mí la paciencia, el amor verdadero y me sentí más humana.
Experimenté el Carisma de nuestra Congregación: “Honrar la Santa Humanidad del Hijo de Dios”, a través de mi historia con Maxime. Le he dado oportunidad para que existiera , le he devuelto vida y dignidad por mis gestos, mi mirada, mis palabras de ternura y de amor. Todos los pequeños servicios regalados a ese jóven discapacitado , son presencia de Cristo en mí. ¡Que el Señor siga dándome la gracia necesaria para bajar al nivel de los más pequeños de este mundo para que ellos gusten la Vida!
Agradezco a todas las personas que me permitieron a que viva esta experiencia de encuentro inolvidable con Dios.
Débora
“Aprender a dar todo y a darse uno mismo”
Estoy enviada en estadía a un orfanato de la ciudad de Yaoundé. Este tiempo fue para mí una vivencia de varias experiencias de ternura, de comunión y de amor con los niños. Estas experiencias han combiado mi mirada y me han transformado.
La pequeña Alice me impresionó. Abandonada de sus padres, era tímida, débil, arrastraba los pies para ir a la escuela. Muchas veces llegaba retrasada. La pequeña no saludaba, no hablaba con nadie. Vivía y pasaba su camino.
Esta situación me dolía mucho y me cuestionaba. Además, tenía poco tiempo libre. ¿ Qué hacer para dar una respuesta de amor y de cariño a esta niña? De repente, me acordé de un canto: ” Como él saber poner la mesa, como él vestir el delantal, levantarse cada día y servir por amor como él”
Animada por el fuego de la caridad, me organizé para encontrar un tiempo libre y cuidar a esta pequeña niña.
Después de dos semanas, noté un gran cambio: ella empieza a contar algo de su historia, juega con sus amigas, corre… “Lo que para ella parecía imposible, ahora era posible”: abrir la llave del agua, llevar cubo de agua, lavarse etc…
Al final de mi estadía, no me preocupaba realmente de ella porque la veía crecer, radiante, alegre, feliz con sus amigas y con ella misma.
Con esta experencia de amor y de superacíón yo aprendí a honrar la humanidad de mis hermanos y hermanas, sentí la compasión y la ternura. Encontré, toqué la persona de Jesús. El tiempo pasado con Alice me hizo crecer en humanidad y amor. Jean Vanier decía: ” La generosidad nos incita a dar dinero, tiempo, conocimientos. La confianza nos invita a darnos, a dar nuestro corazón”. He recibido el corazón de esta niña.
Terminando, agradezco mi Congregación, mi comunidad del noviciado por haberme enviada en “unas periferías reales de hoy” para llevar el Fuego de la Caridad de nuestros fundadores y fundadoras que sigue prendiendo.
Viviana
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