Atreverse a unirse a un periferia

 

La Hna. Germaine Aoulassa, de Camerún, acaba de completar tres años de estudios para obtener una Licenciatura en Enfermería. Comparte con nosotros las experiencias y emociones que marcaron toda la elaboración de su tesis, que apoyó con una mención muy honorífica.

 

Descubrimiento de una realidad chocante

 

 

Durante mis estudios, hice prácticas en el Hospital Protestante de Ngaoundéré. Allí descubrí una realidad vivida por algunas mujeres que me perturbó. Sufren de fístulas obstétricas, la mayoría de las veces después de un parto prolongado y obstruido. Son estigmatizadas, obligadas a aislarse y a guardar silencio sobre su condición debido a las consecuencias físicas de esta condición y al rechazo de la sociedad.

 

Mi tesis al final de mi licenciatura en Enfermería se centró en «La experiencia de las mujeres que se han sometido a reparaciones de fístula obstétrica«. Se me pidió que me dejara a mí mismo y a mis hábitos, que cuestionara mi vida cómoda para dar paso a una compasión activa y amorosa. Esta condición afecta a la dignidad humana y, en particular, a la dignidad de la mujer. Esto no me dejó indiferente, como Hija de Jesús, en este año en que intentamos en comunidad vivir la orientación «Hacia la periferia». Traté de entender mejor por lo que estaban pasando estas mujeres durante la enfermedad y cómo viven después de la reparación quirúrgica. ¿Recuperan su dignidad?

Vivir en soledad y aislamiento

 

 

Para ello, llevé a cabo mi estudio en el extremo norte del Camerún, en la localidad de Mora, en particular en cinco aldeas de los alrededores, donde el acceso a la atención obstétrica de emergencia es a menudo difícil y se ve debilitado por la amenaza de los Boko-haram (terroristas). Descubrí que, una vez reparada la fístula, la mayoría de estas mujeres siguen viviendo en soledad, aisladas, debido a los puntos de vista y prejuicios de la sociedad que no han cambiado mucho hacia ellas. El entorno no integra fácilmente la reparación y por lo tanto la desaparición de los signos y síntomas. Las propias mujeres siguen teniendo una imagen perturbada de sí mismas. Están luchando por recuperar su dignidad y reintegrarse. Sin embargo, movilizan diariamente recursos personales, espirituales y sociales para vivir.

 

Aprender a sobrellevar la situación

 

Estas mujeres me hicieron descubrir que una simple escucha puede permitirles liberarse. Ellas, cuya historia no interesó a nadie, desde la reparación, encontraron un oído atento. Me enseñaron a atreverme, a cultivar la paciencia, la perseverancia y el abandono en Dios. Me sentí muy pequeño frente a ellas. También me enseñaron a desarrollar maneras de lidiar con cualquier situación y a confiar en el Señor que siempre es fiel.

 

Esto está en línea con las palabras de la Madre María de San Carlos, Superiora General durante 38 años en el siglo XIX, que me acompañó:

 

«Esforzarse para ir progesando

siempre en el espíritu de fe

que ve a Dios en todo

y todo en Dios

y que enseña a transformar los obstaculos

en medios para avanzar hacia El.»

Regla de Vida p. 38

 

Esta experiencia me enseña que los prejuicios pueden destruir una vida. Aprendí a escuchar. De este modo, pude permitir que algunas mujeres que todavía están esperando una reparación establecieran un vínculo con una estructura de atención.

Me sentí llamada a seguir a Jesús que nunca condena, que acoge y ayuda a cada persona a recuperar su dignidad, a levantarse, a seguirlo y a dar testimonio. Doy gracias al Señor que me ha permitido atreverme a viajar al Lejano Norte, a pesar de la inseguridad, para encontrarme con estas mujeres y conocer mejor sus condiciones de vida, con el fin de trabajar por una mejora en el futuro.

 

 

Gracias a mi comunidad y a todas las personas que me apoyaron en esta investigación.

 

Hna Germaine Aoulassa, hj

1 Comentario

  1. Felicitaciones Hna Germaine por dejarse tocar por el dolor de las mujeres excluidas y enfermas. Es verdad que dejarse interpelar por estos rostros es abrir el camino a una compasión activa y tierna. Gracias por tu trabajo, por estos años de esfuerzo académico en pro del reino.

    Y animo en lo que sigue!

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