Desde 2016, nuestra casa en Kérustum, situada en la ciudad de Quimper alberga la “colocación san José” para estudiantes y jóvenes profesionales entre 18 y 25 años, en relación con la capellanía de los estudiantes y la pastoral juvenil y vocacional de la diócesis. Hna Nathalie Guéguen, Hija de Jésus, acompaña ese proyecto y nos comparte su experiencia.
Después de la partida de la comunidad de las Hijas de Jesús en 2015, el deseo de poner la casa de Kérustum al servicio de un proyecto de colocación se concretó bajo el alero del P.Corentin, joven sacerdote de la parroquia que era en ese año el capellán de los estudiantes. Esa colocación está destinada a unos jóvenes motivados para vivir una experiencia de un año de estudios universitarios con una vivencia de fraternidad asociada a un compromiso eclesial.
En qué consiste ese proyecto
La colocación San José intenta ofrecer un marco para la profundización de la fe y de la relación con Dios durante los estudios o al inicio de una vida profesional. El fundamento del proyecto es un proceso fraterno y espiritual: vivir como las primeras comunidades en el compartir y la oración. “Estaban asiduos a la enseñanza de los Apóstoles y a la comunión fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones” (Hch 2,42).
El compromiso en el proyecto de la colocación supone, por parte de cada arrendatario, la participación en los encuentros de la capellanía de los estudiantes cada martes por la noche, un encuentro cada mes para comer juntos con la acompañante espiritual de la colocación, con un tiempo de intercambio y de oración. Incluye también el compromiso en un servicio pastoral o solidario a lo largo del año.
Una casa llena de vitalidad
Al hilo de esa aventura, el rostro de la colocación evolucionó cada año, pasando de 3 a 5 arrendatarios, teniendo o no un carácter mixto. Desde el mes de septiembre del 2019, la casa está llena de vida, de entusiasmo y de risas por la presencia de tres estudiantes. Elodie, de 19 años, viene del Morbihan, está en 3er año de comercio internacional con Asia. Maxence, de 18 años, viene también del Morbihan y está en 2° año de genio biológico en el Instituto Universitario de Tecnología. Carolina tiene 19 años y viene de Côtes d’Armor (norte de la Bretaña) para estudiar el grafismo. Desearon estar en la colocación para encontrarse con otras con quienes pueden compartir y profundizar su fe, para no estar solas después de las jornadas en clases sino enriquecerse mutuamente de lo que hace su vida y tejer lazos de amistad.
De gauche à droite : Maxence, Caroline et Elodie
Aprender à ser autónomas y responsables
Las tres mujeres jóvenes aprecian mucho esta casa amplia y agradable donde cada una tiene su cuarto individual. La vida en colocación es una verdadera experiencia humana y espiritual que hace crecer y aprender a ser más autónoma y responsable. La convivencia exige trabajar la paciencia, aprender a ponerse a escuchar a unas y otras, compartir las tareas del hogar, lo que constituye un verdadero desafío… En consecuencia, ellas valoran la presencia de adultos para estimularlas y apoyarlas en esa vivencia. Estoy con ellas durante una noche cada mes para un tiempo de relectura después de una cena siempre acompañado de intercambios vivos y estimulantes que me dinamizan. Se trata de ponerme a la escucha de lo que las habita a través de sus deseos, motivaciones y preocupaciones. Otra Hermana de la comunidad, Marie-Renée, y Bénédicte, madre de familia que participa en la parroquia, acompañan también la colocación, estando atentas a los aspectos materiales y de organización.
De la izquierda a la derecha: Nathalie (f.j.), Maxence, Caroline y Elodie
Ensanchar el espacio de nuestra carpa
Valoramos también poder acoger de vez en cuando a los jóvenes de la colocación en nuestra comunidad. Es una oportunidad para ellas de descubrir más quiénes son las Hijas de Jesús, de intercambiar sobre las vocaciones, sus estudios y sus compromisos.
La Colocación san José nos permite “ensanchar el espacio de nuestra carpa” (Isaías 54,2) desplegando las telas de la casa de Kérustum para acoger a los estudiantes y jóvenes profesionales que buscan reforzar las estacas de sus tiendas profundizando su fe con otros. Su juventud y su espontaneidad nos hacen bien, nos enriquecen y nos evangelizan.
Maxence, Caroline y Elodie me encargaron decirlo:
“¡Muchas gracias a las Hijas de Jesús
que nos permiten vivir esa experiencia en esta casa¡”
Nathalie Guéguen fj
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