Kermaria celebró a san José, trabajador

La comunidad de Kermaría festejó,

ese lunes 1° de mayo,

el día del trabajo, celebrando a san José, artesano,

por medio de una peregrinación.

La celebración fue presidida por el obispo de Mooulins, el P. Laurent Percerou y reunió a más de 700 personas en la capilla, entre ellas unos niños que acompañaban sus padres.

Durante la tarde, los peregrinos se reencontraron en la capilla para la oración del rosario seguida de las Vísperas (la lluvia impidió que se desarrollara la procesión). Durante ese tiempo, los niños acompañados por sus padres pudieron hacer un recorrido con el lema siguiente:

“En camino con José, el migrante”.

La presencia de tres testigos venidos de Libia y Azerbaidjan dio igualmente una mirada positiva sobre esas personas cuyo itinerario es difícil.

Reacciones después del 1° de mayo que se vivió en 2017

“Admiro el valor de los migrantes para dejarlo todo, dejarlo todo detrás de ellos, enfrentar las dificultades del viaje y el “recorrido del combatiente” (la odisea) cuando llegan a Francia. A pesar de eso se expresan con una sonrisa, sin odio sino con fe en el porvenir. Me edificó la calma de los niños Azeris, su paz y serenidad a pesar del largo tiempo que duró el compartir.

Una frase me llamó mucho la atención y me hizo reflexionar: hablando de su trabajo como cirujano en Libia, Mohamed dijo: “Cuando sano a alguien, no miro si es varón o mujer, si es blanco, negro o café, si es judío, musulmán o cristiano: no miro con los ojos, sino con el corazón.” ¡Qué testimonio más conforme con el Evangelio viviendo de un musulmán!

Al escucharles, uno se dice que, sin saberlo, nos enseñan mucho sobre lo esencial, sobre las prioridades de la vida, el amor al prójimo, los servicios prestados (a pesar de su pobreza, de su sufrimiento…): todos esos valores que nosotros, europeos, hemos olvidado a veces desde un largo tiempo ya que estamos hundidos en la comodidad, las riquezas, el egoísmo…

Muchos pesares frente a las condiciones de la acogida de los migrantes, a la falta de respeto, a las complicaciones administrativas que se podrían evitar mientras a ellos se les envenena la vida.”

Marie (Cornillé)

“Gracias por esas fotos magníficas, esos momentitos tomados aquí y allá durante nuestros intercambios. Por mi parte, encontré más bien positivo el hecho de desordenar lo que habíamos previsto para hacer que funcionáramos todos juntos. Jóvenes y otros no tanto hemos escuchado una realidad dura de la vida de algunos de nosotros. Pienso que era una suerte increíble tener unos testimonios de esta índole. Nuestras pequeñas “cabezas rubias” se han quedado obviamente con algunas informaciones. Eso nos permitió, en la noche, cuando volvimos a casa, intercambiar sobre los itinerarios difíciles de Mohamed, Jeyhun y Ulcar.

En familia hicimos el balance de ese día. Hemos apreciado el hecho de vivir todos juntos esa jornada sin separarse, entre niños y lolos entre 11 y 16 años. Los testimonios estuvieron en el corazón de nuestro intercambio de anoche: es lo que más nos impactó. El “top” fue ver ayer a solidaridad con intercambios de correos electrónicos, números de teléfono… para ayudarles a encontrar algún empleo. Verdaderamente fue “super”… Para los niños, basta una pelota para que todos se encuentren juntos alrededor. No importa de dónde vienen: son todos niños y juegan los mismos juegos. ¡Así se vivió la universalidad de la última etapa de nuestra brújula! Esa linda experiencia me da las ganas de rebotar con nuevos proyectos. ¿Por qué no pensar en unos testimonios para asentar nuestros temas de reflexión? Hay una pista para ahondarla… Todo depende de proyectos futuros.”

Florence

“Nos encantó participar de la jornada del 1° de mayo en Kermaría. La acogida de las familias, la procesión y la celebración eucarística siempre son momentos fuertes. Hemos encontrado que el almuerzo fue muy ameno ya que compartimos el aperitivo y nos presentamos.

La tarde, fundada en el testimonio de los migrantes, fue muy fuerte para toda la familia. Los niños me dijeron que es lo que más les llegó (muy buena idea). Espero que podamos pronto tener noticias de ellos.

A Mannaig (11 años) le había gustado mucho hace 2 años el compartir de los niños según da edad. A Tugdual le gustó mucho el hecho de estar todos juntos para escuchar el testimonio y se queda también con buenos recuerdos de los partidos de baloncesto con otros jóvenes (incluso mayores) después del almuerzo. A Johann y a mí nos gustó el hecho de movernos entre distintos lugares acompañados con la música. Pienso que tenemos que guardar esa idea por el año que viene, esperando que se mejore el tiempo. Gracias por la oración final.

Qué lástima que no hayamos usado las brújulas, ya que era una idea muy buena. Vimos que ustedes pasaron mucho tiempo confeccionándolas ya que son muy lindas.

Una vez más ¡gracias por esa bella jornada! ¡Hasta luego!”

Marie-Annick, Johann, Mannaïg, Tugdual y Ninog (La Forêt Fouesnant)

Invitados por Hermana Marie Thérèse a participar de la peregrinación de la comunidad de las Hijas de Jésús, hemos venido en familia con nuestros 3 hijos. Otra familia del Finistère, unos amigos, también estaban allí. Al salir de la celebración, fuimos contentos de comer juntos sin saber exactamente lo que se había previsto para la tarde. Pero nos habíamos quedado con buenos recuerdos de nuestra primera peregrinación anterior, 2 años antes.

Cuando se nos ofreció un aperitivo inesperado, Hermana Maryvonne creó inmediatamente un atmósfera de compartir y de escucha de los demás al pedirnos presentarnos con nuestros hijos. Cuando se aludió al lema de la peregrinación: “En camino con José, el migrante”, pensé que el Evangelio tenía una afinidad peculiar con la realidad del mundo actual.

Una familia con tres hijos originaria de Azerbaidjan y un médico libio presentes entre nosotros testimoniaron con toda sencillez a partir de su recorrido como migrantes, desde su llegada en 2014 hasta su proyecto de hoy. Su historia y su valor para salir de ese paso nos impresionaron. Acompañados por voluntarios del colectivo “Betania” de Lorient, explicaron sus dificultades para lograr en nuestro país un estatuto que les permita trabajar. Los intercambios con la asamblea nos permitieron entender su situación y ponernos en su lugar. Muy atentos, nuestros hijos también fueron tocados por los otros niños que perdieron sus amigos, van a una nueva escuela donde deben aprender un nuevo idioma.

Después hemos cantado, rezado y caminado juntos hacia la Gruta acompañados por nuestra acordeonista Florence. En mis pensamientos tengo todavía el cómo ayudarles a realizar su deseo de encontrar trabajo. Pero no era la única, ya que los otros peregrinos intercambiaron mucho con la familia y el médico e igualmente entre ellos para encontrar unas soluciones. ¿Cómo acoger y dar su lugar a uno que lo perdió todo?

Esta jornada fue muy enriquecedora para todos, grandes y chicos, ya que las palabras escuchadas tocaron nuestro corazón. ¡Gracias a Hermana Maryvonne y Marie-Thérèse y a todo su equipo!

Claire, Christophe, Charlotte, Juliette, Antoine (La Forêt Fouesnant)

 

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1 Comentario

  1. Gracias por compartir lo que se vive en la casa Madre. Se percibe la vitalidad y el deseo de compartir la fe en nuestro buen San José. Que bueno que nuestra casa Madre siga siendo una casa de puertas abiertas.

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