“Vayan yo les envío estoy con ustedes todos los días al fin del mundo “Mt 28, 19-20
El CONSEJO DE CONGREGACION nos ayudó a revisar este tiempo de misión como Hijas de Jesús y delante de esto ver hacia dónde nos conduce Dios en el aquí, ahora y en el futuro.
El consejo que duro del 29 de julio al 16 de agosto se ha terminado con una celebración en tres momentos:
Primer momento, una acción de gracias en la que cada hermana presentó su sentir a través de un símbolo: Una memoria (USB), un cuaderno, un lápiz, lista de los participantes, biblia, una flor, tierra con piedras, entre otros.
La palabra de Dios fue el centro de nuestra reflexión. A partir del texto de San Pablo (1 Cor. 12, 12) se nos invitó a sentirnos “Un Cuerpo”, cada una desde lo que expresa con su símbolo se reconoció parte de este cuerpo vivificado. Un cuerpo que esta para el servicio de la palabra de Dios. Juntas hemos dado gracias por todo lo vivido en este tiempo de Consejo.
Un segundo momento fue el empacar nuestra maleta y llevarla. Cada una hemos escrito en un papel las esperanzas que nos habitan, luego depositamos las papeletas en una maleta que fue pasada de mano en mano, simbolizando que llevamos las esperanzas de todas y a la vez de nuestro pueblo.
En un tercer momento, teniendo conciencia de nuestro EQUIPAJE, María Teresa Queré (superiora General) nos envía a ser esperanza allí en los cuatro continentes de dónde venimos. Para ello contamos con la fuerza de la Palabra de Dios. Nuestra hermana nos invita a avivar con la oración la brasa, a no dejar apagar el fuego del amor que se enciende cada vez que hay una verdadera oración. Oración que me lleva a la vida cotidiana y no que me evade de mi responsabilidad frente a lo que sucede en mi entorno.
Considerando que nuestro carisma esta puesto al servicio de la Palabra de Dios, estamos invitadas a vivir este don con nuestro amor para hacer cada día más posible que el Dios de Jesús reine en cada persona, liberándola y haciéndola cada vez más humana.
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