Perrine Samson

Una mujer joven comprometida

Perrine Samson nació el 31 de Mayo 1790, en la pequeña aldea de Elizen, dependencia de la parroquia de Bignan (Morbihan).  Durante su juventud, ella comparte los trabajos de sus padres labradores.

Con respecto a su vida, las informaciones quedan fragmentarias.  Se conoce sin embargo la fecha de su entrada como terciaria en la Orden franciscana en 1815.  Sin dejar los lugares donde nació, ni su trabajo habitual, ella asume desde ese momento las actividades propias de las terciarias:

Casa en Bignan
  • A los niños, les enseña la lectura en bretón, las oraciones, el catecismo.
  • Cura a los enfermos y asiste a los moribundos.
  • En la ausencia del sacerdote, el domingo, ella preside la asamblea de oración.
  • En todo tiempo, es atenta a mantener la armonía entre la gente.

Perrine aprende a leer el bretón y el latín para cantar en la iglesia pero no sabe escribir.

Nace La Congregación

Con la invitación del Padre Yves-Marie Coëffic, rector de la parroquia, Perrine Samson viene al pueblo de Bignan, en 1829, para tomar ahí la responsabilidad de la escuela de los niños.  Al llamarla a Bignan, el Sr. Coëffic probablemente tenía algo más en mente no solamente sostener la escuela parroquial.

Madre Santa Ángela

Desde 1827, una docena de niñas están ya agrupadas en una especie de internado.  Para encargarse de ellas, Padre Yves-Marie Coëffic, junta a Perrine, en 1829, algunas otras jóvenes mujeres deseosas de consagrarse a Dios.

Sobre la base de esta experiencia de vida comunitaria, el Padre Coëffic propuso a Perrine convertirse en miembro de una congregación que se fundaría, en línea con el proyecto del Padre Noury. Interrumpido por la revolución de 1830, el proyecto del Padre Noury se reanudó al año siguiente y el noviciado comenzó el 9 de diciembre de 1831.

Alojadas primero en una pequeña y muy pobre casa, las novicias ayudan a los albañiles a construir una nueva.  Todavía hoy, vive en esta casa, una comunidad de Hijas de Jesús.

El 25 de Noviembre 1834, las cinco primeras Hermanas, Hijas de Jesús, se consagran a Dios por los tres votos de pobreza, castidad y obediencia.  Por no saber  escribir, Perrine es la única en firmar con una cruz su compromiso en la vida religiosa.  Tomó el nombre de Madre Santa Ángela y fue nombrada primera Superiora general de la Congregación.  En su proyecto el Padre Noury había vislumbrado un hábito sencillo negro y blanco; en su profesión, las Hermanas adoptaron la cofia de las mujeres de Bignan.

Por este compromiso que las constituye en cuerpo, cada una une su destino al de las demás.  Aunque las actividades quedan sensiblemente las mismas, cada una acepta de hoy en adelante recibir su misión como una participación a la de la Congregación naciente de las Hijas de Jesús.  Ésta podrá así crecer en la unidad.

Convento de Bignan

«Hijas de Jesús»: un nombre que puede sorprender

En el siglo 19, “hija” no significaba solamente “hija de la Sra y del Sr X” sino también “sirvienta”. Como se dice siempre “camarero”, se hablaba de “hijas de sala”, “hijas de granja” en el sentido de empleadas, de mujeres de servicio…

En oposición a la palabra “dama”, la palabra “hija” indicaba una condición social.

En el seguimiento de Jesús su Señor y Maestro, las “Hijas de Jesús” quieren guardar este nombre vinculado con su origen, su vocación, su identidad.

Cristo Jesús, Él, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada, tomando la condición de servidor, (cf. Fil 2,6-7) para dar a luz a Dios.

Una espiritualidad de acción

Plato Perrine Samson

Desde el principio, la Congregación naciente se da una espiritualidad orientada hacia la acción: “Honrar la Santa Humanidad del Hijo de Dios…Nuestro carisma”, contemplar a Jesús en su humanidad para que a través de todas sus actividades, las Hermanas estén marcadas por la preocupación de permanecer “cerca de la gente” y orientadas de manera privilegiada “hacia los más pobres”.

Otras muchachas se unieron rápidamente a las primeras Hermanas y luego unas comunidades se abrieron en parroquias próximas que deseaban la presencia de Hermanas.

Muro de la casa de Perrine Samson

Humilde hasta el final

Firma del compromiso de Perrine Samson

Más atraída hacia una misión de proximidad cerca de la gente, Perrine Samson, siendo Madre Santa Ángela, dimite su cargo de Superiora general en 1837 y vuelve a tomar su humilde servicio cerca de sus “niñitos pobres”.
Agobiada de enfermedades, muere en 1847 a la edad de 57 años.

Ella, a quien las Hijas de Jesús veneran como su fundadora, desaparece en la oscuridad. Enterrada en la fosa común de las Hermanas, sus restos no pudieron ser identificados durante el traslado del cementerio. Su vida, llena de humildad y entrega, permanece, para todas las Hijas de Jesús, una “fuente silenciosa de inspiración.”

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